67 ENTREVISTA Háblenos de las particularidades de las superficies deportivas de césped. ¿En qué difieren del césped de un jardín convencional? La principal diferencia son las variedades de céspedes que se utilizan. En el caso del golf y el fútbol, se tiende a emplear gramíneas de difícil mantenimiento, que hacen que se multipliquen las labores diarias. Por otro lado, no es lo mismo tener presentable un jardín que una superficie de juego para unos deportistas de élite, donde las alturas de juego oscilan entre 3 y 30 milímetros. En el caso del golf, debemos acondicionar perfectamente la superficie de juego todos los días porque así lo exige el cliente. No es lo mismo... Eso por no hablar de los grandes torneos. Además, en el caso del fútbol se tiene que presentar una hectárea de césped todos los domingos, con unos 40.000 espectado- res de media como críticos, más los que están en casa. El sector ha evolucionado a lo largo de los años, y con él, la maquinaria para el cuidado del césped. ¿Qué equipos son necesarios hoy para su manteni- miento? En cualquier sector, la tecnología es fundamental para poder trabajar con mejor criterio y con un menor impacto en el medio ambiente. Todas las máquinas han evolucio- nado, tanto en motores como en unidades de corte, man- tenimiento y ahorro energético. Hoy contamos con grandes avances en sistemas de riego, con estaciones meteorológicas, sensores de humedad, rulos para gre- ens, sopladoras... ¿Y qué puede decirnos de los productos? En cuanto a los productos fitosanitarios, en cada región de España hay una problemática diferente: no es lo mismo mantener una superficie en la costa, donde habrá mayores problemas fúngicos, que en una zona continen- tal. Pero, en general, el uso de reguladores de crecimien- to ha sido el mayor avance en los últimos años. ¿Cuál es la especie más acertada para un campo de fútbol? ¿Y para uno de golf? Siempre que hablamos de sembrar una variedad es fun- damental concretar temperatura, suelos, humedad, cali- dad del agua para riego y situación geográfica. Pero, en términos generales, para campos de fútbol lo ideal es ‘lo- lium perenne’ (ray-grass). En zonas mediterráneas, la base debería ser bermuda para poder resistir la compleji- dad de los crudos veranos. En el caso de los campos de golf, los greens deben ser en general de agrostis y para el resto de superficies de juego dependerá de la climato- logía, aunque, como en el caso anterior, el ‘lolium peren- ne’ es lo ideal, y las bermudas, en zonas mediterráneas. ¿Con qué frecuencia se debe regar un campo de fút- bol? ¿Y uno de golf? El riego depende mucho de la estación del año en la que nos encontremos pero, por regla general, en un año con un otoño, un invierno y una primavera con medias nor- males de registros de agua caída, no es necesario regar. Como es lógico, dependerá de muchos factores como los días de intenso viento, torneos, resiembras... Todo puede hacer cambiar el plan de riego. Hoy día existen sensores de humedad y estaciones de meteorología que nos dan con exactitud el riego adecuado en cada momento. ¿Y en verano? En verano hay que regar todos los días e incluso apoyar o refrescar con manguera las zonas más específicas. En el caso del fútbol, muy parecido al golf, existe un riego psicológico antes de los partidos y en el descanso. ¿Para qué? Más que por la planta en sí, es por darle mayor velocidad a la superficie de juego. ¿Qué aspectos debe tener en cuenta el responsable del estado del césped de un campo de fútbol para que éste esté en las mejores condiciones de cara a un partido? Sin duda, lo más importante para que un partido se des- arrolle en condiciones óptimas es la nivelación de la su- perficie: que esté firme pero no compacto y, por supuesto, que no esté nunca blando. Es muy importante la densidad, el grado de humedad, la siega y la estética. mundo jardín