ENERGÍAS RENOVABLES las incidencias y por lo general, el estudio de las degradaciones del sistema no entra en los planes preventivos de O&M. La consecuencia de este nuevo modelo es que no fomenta la producción eficiente de las plantas, muchas de ellas se abocan al cumplimiento del umbral de horas mínimas de producción para no perder la retribución regulada por el RD del año 2014. Por lo tanto, la disponibilidad en el mantenimiento preventivo y correctivo no es crítica, lo cual se transforma en que los gestores de los activos reducen cada vez más los presupuestos destinados al manteni- miento. En muchas ocasiones se termina realizando un seguimiento indirecto de las plantas a través de plataformas de monitorización y fomentando el re-acondicionamiento y sustitución antes que la reparación. Con estas actuaciones se pueden presentar con- secuencias imprevistas, pues la aportación de estas plantas a los objetivos de cobertura de la demanda con renovables, principal argumento de las singulares subastas, podrían no cumplirse. Complementariamente, el segundo factor está ligado a las grandes plantas fotovoltaicas, financiadas en muchos casos gracias a las coberturas de los PPAs (Power Purchase Agreement – contrato de compraventa de energía entre un generador y un comprador basa- das en precios y plazos prefijados) basadas en inciertas previsiones futuras de precios de la electricidad. En este caso, la incertidumbre surge por la elevada volatilidad del mercado eléctrico, afectado además por el efecto autófago de la propia fotovoltaica, en la actua- lidad, por ejemplo, se están alcanzado factores de apuntamiento (precio del mercado recibido por las plantas en comparación con el precio medio horario) iguales a la unidad cuando solo hace unos años eran un 5% superiores. Todo ello supone una amenaza para el OPEX (Operational Expenditures – gastos operativos), la única variable exógena que puede controlarse una vez que la planta está terminada, ya que el CAPEX (Capital Expenditures – inversión) se fijó desde el principio y el nivel de irradiación del emplazamiento es inalterable, aunque en muchas ocasiones difiere del real pues en la fotovoltaica, a diferencia de la eólica, no se realizan mediciones ex ante. En este sentido, resulta preocupante la posible inclusión de garantías adicionales en los contratos de mantenimiento en proyectos con PPAs, donde se compromete una cantidad de producción anual sobre la base de la producción teórica. En las nuevas instalaciones FV, las empresas de O&M FV (ISPs) se enfrentan a contratos regidos por las estimaciones a corto y medio plazo del comportamiento del precio de la energía en el mercado pool, los acuerdos de los PPA (contratos de compraventa de ener- gía), su duración, las garantías exigidas, los avales y penalizaciones económicas de incumplimiento Otro factor que entra en juego son las posibles restricciones téc- nicas que pueda aplicar el OS por la operación segura del sistema, especialmente importante pues se desconoce la posible incidencia en la tasa de fallos por cortes y recuperaciones inesperados. El último factor que va a afectar al sector del mantenimiento es la rápida proliferación de nuevas instalaciones dedicadas al auto- consumo, como consecuencia de la aprobación del Real Decreto 244/2019 por el que se regulan las condiciones administrativas, técnicas y económicas del autoconsumo de energía eléctrica. El crecimiento es exponencial por toda la geografía española y su 33 instalación es rápida debido a que la potencia por lo general no supera los cientos de kW. Este acelerado desarrollo podría estar implicando deficientes diseños que repercuten en la O&M e inci- den en la imagen del sector, ya que desde el inicio del proyecto no se incluyen las modificaciones estructurales necesarias para el mantenimiento, lo cual compromete el retorno de la inversión y los ahorros previstos originalmente. En conclusión, todos los factores anteriores implican revisiones de los escenarios contractuales, una actualización constante de las estrategias empresariales, la decisión de invertir en tecnología de operación y el requerimiento de contar con personal que cubra una amplia gama de perfiles técnicos con distinto nivel de especializa- ción y en última instancia, en la calidad del mantenimiento en la que tanto hemos insistido en esta asociación. No cabe duda que el crecimiento de las energías renovables es imparable, que la energía solar fotovoltaica tiene un papel predo- mínate en ello; pero no hay que perder de vista que el sector del mantenimiento de todas estas instalaciones es parte fundamental para que las previsiones tanto energéticas, como recuperación de las inversiones y repercusiones sociales se cumplan. •