EFIECIENCIA ENERGÉTICA 67 En industria, entre el 20-50% de esa energía se pierde en forma de calor residual, lo que pone de manifiesto la importancia de las tecnologías de recuperación de calor para reducir consumos y costes de fabricación vez más limitados. El aumento de los precios de los combustibles fósiles, los reglamentos de emisiones cada vez más restrictivos, y la presión constante para reducir los costes operativos, apuntan a la necesidad de reducir el consumo de combustible mediante la recuperación de calor residual. El ahorro energético mediante el aprovechamiento de calor residual en la industria es cada vez más relevante. El consumo de energía de los ocho sectores industriales más importan- tes representa el 25% del consumo total dentro de la Unión Europea. Entre el 20-50% de esa energía se pierde en forma de calor residual. Esto pone de manifiesto la importancia que tienen las tecnologías de recuperación de calor como método para reducir los consumos y los costes de fabricación en la producción. El calor residual es la energía térmica que se genera en las plan- tas industriales y no se trasfiere a ningún proceso. Las fuentes de este calor son los gases de combustión emitidos a la atmós- fera, productos calentados en el proceso industrial, fluidos de transferencia de calor para la refrigeración de equipos y el calor emitido por las superficies de los equipos. Hoy en día exis- ten numerosas tecnologías de recuperación de calor residual que han sido aplicadas en procesos industriales, pero siguen existiendo limitaciones tecnológicas y de mercado. Asimismo, aunque lo más habitual es aprovechar fuentes de calor residual de alta y media temperatura, a medida que se implementan medidas para ese aprovechamiento, la cantidad de calor resi- dual a baja temperatura aumenta. El potencial existente para la recuperación de calor residual a baja temperatura es enorme y el mercado potencial de esta tecnología abarca muchos sectores industriales que produ- cen grandes cantidades de calor residual de baja temperatura, y podría ser reutilizado una vez este fuera revalorizado. Se trata de industrias de consumo energético intensivo, como la papelera, siderúrgica, química y petroquímica, alimentaria, maquinaria industrial, etc. •