GAS 50 “El volumen útil de gas que se puede comercializar es de aproxima- damente 4,1 TWh. La velocidad de inyección es de 2,3 GW (= 55 GWh/día) y la velocidad de retirada es de 2,875 GW (= 69 GWh/ día)”, explica Ralf Riekenberg, jefe de proyecto de la parte aérea y director de departamento en la planta de almacenamiento de gas de Jemgum. El gas natural almacenado en Jemgum se suministrará principalmente a los mercados de Alemania y el noroeste de Europa. Altas presiones, diferencias importantes Jemgum fue el enclave elegido por sus minas de sal subterráneas, que son formaciones idóneas para el almacenamiento del gas natural. Las cavernas que se están construyendo son gigantescas cavidades en las minas de sal que se forman mediante lixiviación con agua. El gas se almacena de forma segura a gran profundidad de la superficie en las formaciones salinas. Las paredes de sal presentan una ventaja: son un magnífico sellador. “Las cuevas son perfectas para inyectar y retirar el gas natural con rapidez. Permiten compen- sar de manera óptima las fluctuaciones en la demanda asociadas a la hora del día”, declaran los socios del proyecto EWE y Astora. Las válvulas garantizan el buen funcionamiento del sistema en la planta de almacenamiento de Jemgum. “Se utilizan con fines de control de la presión, protección frente a la presión y control de la transmisión”, explica Riekenberg, director del proyecto. Las válvulas se fabrican principalmente en acero y “en la mayoría de los casos se ven expuestas a altas presiones y diferenciales de presión”. El inter- valo de presión está comprendido entre 40 y 170 bares, el intervalo de temperatura entre -20 y 150 °C y el caudal entre 20.000 m3/h y 250.000 m3/h. Las válvulas instaladas en la planta de almacena- miento de gas se ven expuestas al glicol, que se utiliza para secar el gas, y al agua, que a su vez se emplea para precalentar el gas. La presencia de estas sustancias plantea dificultades que las válvulas de cierre, control y seguridad deben solventar. El gas se comprime Así es como funciona la planta de almacenamiento de gas de Jemgum: el gas natural que se desea almacenar se transporta desde la red de transmisión de gas hasta las instalaciones de almacenamiento. A con- tinuación, los compresores condensan el gas natural a una presión de hasta 200 bares antes de inyectarlo en las cavernas. “Impulsado por la presión, el gas natural atraviesa la cabecera de la caverna, el alma de cualquier centro de almacenamiento de gas natural”, explican EWE y Astora. Después de atravesar la cabecera de la caverna, el gas natural se almacena en esta y se puede retirar en función de las necesidades. Es posible retirar hasta 150.000 m3 de gas natural de una caverna por hora. Antes de su retirada, es preciso reducir la presión del gas al nivel de presión del gasoducto. “Este paso enfría tanto el gas que, a continuación, debe precalentarse”, explican los operadores de Jemgum. El gas se puede almacenar hasta varios meses en una caverna. Durante el almacenamiento, el gas natural entra en con- tacto con el suelo de la caverna, que emite vapor de agua. El gas se somete a un proceso de deshidratación para garantizar que no se produzca condensación en los gasoductos. Altos caudales Las plantas de almacenamiento de gas suponen un reto para los componentes, ya que la apertura y el cierre de las válvulas de corte genera caudales elevados. La contaminación que se transporta junto con el medio golpea la zona de estanqueidad de la válvula a velocida- des extremas. Los sistemas de estanqueidad blandos se deterioran y presentan fugas en poco tiempo. “Un sistema de sellado metálico puro hace que las válvulas sean más robustas y, en consecuencia, más fiables y resistentes”, señala Maurice Walter, director de ventas y servicio de Hartmann Valves. La junta metálica entre la bola y el anillo del asiento es más resistente que los sistemas de estanquei- dad blandos (sobre todo cuando el medio está contaminado).