92 SOSTENIBILIDAD Guerra al plástico La Estrategia Europea de Plásticos, aprobada en enero de 2018, tiene por objetivo conseguir la transición hacia una economía más circular en su producción y consumo; se propone llegar al 100% de envases de plástico reciclables de manera rentable en 2030 y que 10 millones de toneladas de plástico reciclado puedan convertirse en nuevos productos en el mercado de la UE para el año 2025. Para conseguirlo, el desarrollo de nuevos materiales de envasado se convierte en asunto acuciante. Empresas y centros tecnológicos están volcados en esta cuestión, que se ha revelado indispensable para preservar la salud del planeta y también de las personas. En este sentido, el centro tecnológico de referencia en investiga- ción sobre nuevos materiales para envases, Itene, cuenta con una línea de trabajo para aplicaciones del plástico, dentro del proyecto Sinsost, centrada en polímeros biodegradables, que constituyen una alternativa al uso de polímeros basados en el petróleo; entre ellos, los polihidroxialcanoatos (PHAs) para aplicaciones de envase rígido y el polibutilensuccinato (PBS) para envase flexible, ambos con limitaciones tanto económicas como de prestaciones para su uso a gran escala. Para solventar este hándicap se desarrollará un proceso sintético para la obtención de refuerzos nanoestructurados biode- gradables compatibles con matrices biodegradables, en concreto con las matrices de PHAs y PBS, para obtener materiales compues- tos para la industria del envase y embalaje alimentario y cosmético. Este es solo un ejemplo, la investigación no cesa, porque la estrate- gia europea para el plástico en una economía circular es, sin duda, un camino por el que estamos obligados a transitar. Ecodiseñar, innovación rentable La incorporación de criterios ambientales en el la fase de diseño de envases, con la observación de su ciclo de vida, es uno de los ámbi- tos en los que la industria farmacéutica está realizando mayores esfuerzos, y ello comprende las materias primas y el procesado de Contaminar es una vía muerta, y quien circule en ese tren será actor descatalogado, sin papel, ni siquiera como secundario, en el nuevo escenario los materiales, el diseño del envase y envasado del medicamento, su transporte y distribución, así como su uso y conservación, y la ges- tión final del residuo generado. Los envases de medicamentos han venido reduciendo su impacto sobre nuestro entorno, siendo cada vez más ligeros, menos con- taminantes y más fácilmente reciclables. Las iniciativas del sector farmacéutico en pro de la reducción de la huella ecológica de los envases de sus productos se centran, mayoritariamente, en utilizar tintas más ecológicas, aligerar el peso de los frascos, potenciar la composición monomaterial, eliminar elementos superfluos, minimi- zar los espacios vacíos o reducir la cantidad de material empleado por unidad de producto. Reducir la huella de carbono también puede potenciar la imagen de marca y constituye una oportunidad para innovar. Ya sea por pérdida de competitividad o por rechazo del consumidor, el caso es que contaminar es una vía muerta, y quien circule en ese tren será actor descatalogado, sin papel, ni siquiera como secundario, en el nuevo escenario. •