82 Iván Fernández de Retana, director técnico de Verificálitas El vehículo eléctrico vuelve para quedarse Los primeros vehículos eléctricos a baterías ya aparecieron en 1832, sin embargo, esta tecnología se vio desplazada por los motores de combustión. Ahora, sin embargo, los vehículos eléctricos han vuelto para quedarse. SOSTENIBILIDAD Los primeros vehículos eléctricos a baterías vieron la luz en el año 1832. Y fueron la tecnología más desarrollada en la auto- moción, consiguiendo velocidades de hasta 32 km/h y una autonomía de 130km. Como muchas otras tecnologías en nuestra historia, su desa- rrollo se vio desplazado y casi anulado por cuestiones militares. Durante la Primera Guerra Mundial hubo que movilizar vehí- culos muy pesados a gran velocidad, con una autonomía y versatilidad de recarga mucho mayor. Esto hizo que el desarrollo del motor de combustión, sobre todo en Estados Unidos, des- plazara al motor eléctrico a un plano de uso interior, dentro de almacenes o industrias, y experimental. El motor de combustión ha definido nuestro estilo de vida y la eco- nomía hasta nuestra época, siendo una de las principales causas de algunas de las guerras y crisis económicas. Cada vez que se ha producido una crisis energética por un déficit de petróleo, hemos vuelto la vista hacia el vehículo eléctrico. Siempre ha sido eso, el futuro permanente. Es ahora cuando, además de interiorizar que el petróleo es un elemento finito, conocemos las consecuencias de la quema de derivados de petróleo en nuestro planeta. Esta vez sí, el vehículo eléctrico vuelve para quedarse. Su desarrollo ya es definitivo porque en paralelo está acompañado por un plantea- miento social, económico (subvenciones, descuentos...) y político conjunto. Existen ya hitos limitando o prohibiendo motores de combustión en la automoción de ciudades y normativa que favorece la implantación del vehículo eléctrico. Uno de los puntos necesarios para la implan- tación definitiva del vehículo eléctrico en la sociedad es resolver y optimizar la recarga