EFICIENCIA ENERGÉTICA En este camino hacia una sociedad participativa, la economía del intercambio está llegando al negocio de la energía. La transición energética hacia un sistema 100% limpio y eficiente va a requerir la participación de millones de personas en los sistemas de produc- ción, consumo y almacenamiento, permitiendo a la ciudadanía que intercambie su propia energía, democratizando, así, el sistema ener- gético. Democratizar la energía es convertir a los consumidores de hoy en productores, gestores y usuarios de la energía. El sector eléctrico, ha estado basado desde sus inicios en sistemas de generación de energía centralizados (grandes centrales de car- bón, nucleares, hidráulicas, solares o eólicas) que generan enormes cantidades de energía que se transmite al consumidor final a través de largas líneas de transmisión. Este mercado centrado en la oferta, conlleva una serie de ineficiencias, principalmente debido a las gran- des pérdidas en las líneas de transmisión de larga distancia y a la no optimización de la curva de carga del sistema. No promueve que el consumidor sea parte activa del mismo, contribuyendo con su capa- cidad de decisión. El avance de las energías renovables está permitiendo el desarrollo de sistemas de generación de electricidad distribuidos o descentra- lizados relativamente pequeños. Están generalmente destinados a satisfacer las necesidades energéticas del consumo habitual de un grupo de personas, mediante sistemas de generación pequeños conectados a redes inteligentes. El flujo de energía unidireccional del actual sistema energético centralizado, se está transformando en flujo de energía bidireccional en el que los consumidores se con- vierten también en productores (prosumidor) de energía a través de la cual se pueda comprar, vender y compartir energía. En conse- cuencia, el sector energético se está transformando en un sistema descentralizado, más democrático y menos contaminante propie- dad de los ciudadanos. El uso compartido de los recursos para optimizar la producción descentralizada de energía renovable será un instrumento de vital importancia para la transición energética hacia un modelo 100% renovable, limpio y eficiente. El consumidor se convierte en un recurso energético distribuido, que debe tener la tecnología ade- cuada para que se pueda monitorizar y digitalizar y así integrar en el modelo energético global. Al compartir la generación de energía y la demanda, los consumidores podrían ser más autosuficientes y la energía más barata. La transición energética hacia un sistema 100% limpio y eficiente va a requerir la participación de millones de personas en los sistemas de producción, consumo y almacenamiento La integración de las renovables en el sistema eléctrico y la gestión de la demanda, obligará a cambiar el modo de fijación de precios en el mercado porque facilitará aún más esa integración y reducirá los costes del sistema. En este nuevo modelo (generación distribuida de fotovoltaica, o eólica, vehículos eléctricos o el almacenamiento de energía) aparece un nuevo agente en el sector eléctrico: el agregador de la demanda. El agregador de la demanda, o la gestión activa de la demanda, hace referencia a una figura que agrupará agentes distintos en un sistema energético, por ejemplo, consumidores, autoconsumido- res, miniproductores, prosumidores, baterías, puntos de recarga de vehículos eléctricos, o cualquier combinación de éstos, para actuar como una sola entidad y participar en el mercado eléctrico (tanto mayorista como minorista) o vender servicios al operador del sistema. El agregador de la demanda permitirá aflorar nuevos recur- sos de flexibilidad de la demanda y tendrá efectos positivos para el conjunto del sistema en este contexto del nuevo modelo energético. Para concluir podemos afirmar que compartir la generación no uti- lizada de fuentes de energía renovable dentro de una comunidad beneficia a todos los participantes en la comunidad. La tecnolo- gía para compartir energía está lista, y cada vez más países están dispuestos a adoptar nuevos caminos para apoyar la transición energética con un enfoque en el cliente final. En cualquier caso, esto pasa por un cambio de mentalidad, no sólo por parte del sec- tor eléctrico, sino más bien por parte del consumidor. Solo tenemos este único planeta Tierra, por lo que nuestros recursos energéticos comunes deben preservarse y respetarse. Realmente creo que compartir es una opción viable. También en el 65 sector energético. • Al compartir la generación de energía y la demanda, los consumidores podrían ser más autosuficientes y la energía más barata