OPINIÓN Iñigo San Sebastian. Sendero del viento. historia de España. Un crecimiento sostenible y gradual, que no ha adolecido de los problemas que han afectado a otras tecnologías renovables. En 2012 la eólica se confirmó como la principal fuente autóctona de energía eléctrica, con un 18% de la generación total, algo que hace 15 años no se podía ni imaginar. Por todo ello, en España deberíamos arrimar el ascua a nuestra sardina, tal y como hacen Dinamarca o Alemania: tenemos un sector eólico puntero a nivel mundial y lo lógico sería utilizar todo su potencial para disminuir la dependencia energética del país, al tiempo que se genera empleo en toda la geografía española y se mantiene una industria tecnológica competitiva y exportadora. POLÍTICAS DE APOYO Pero las políticas activas de apoyo a la industria eólica en los últimos dos años han ido en la dirección contraria. Primero, con un cancelación de los incentivos a nuevos parques eólicos; luego con un impuesto supuestamente medioambiental sobre las instalaciones ya existentes del 7%; finalmente, con una medida que ha congelado la retribución de la eólica indefinidamente. Esta congelación –de facto, una reducción- hace que las empresas no vayan a tener los ingresos prometidos por la legislación que estaba en vigor cuando se hicieron las inversiones. Se trata de toda una trampa: primero se atrae inversión por más de 25.000 M € y después se cambia de opinión y se reduce la retribución por razones que nada tienen que ver con el sector eólico. Lo que cabe esperar es que no haya nuevas inversiones eólicas y que, de haberlas, se encarezca mucho su financiación, ante el mayor riesgo regulatorio. ¿Es posible así reducir la dependencia energética española y cumplir con las obligaciones con nuestros socios europeos en cuanto a objetivos de renovables y reducción de emisiones de CO2? Desmantelar la industria eólica española y destruir el valor de las empresas no parece una política sensata. Es tiempo de debatir en serio el futuro energético del país y poner a cada opción energética en su sitio. La eólica ya ha demostrado que es capaz de cumplir con lo que se le pide. Y está dispuesta a seguir haciéndolo. Es probable que en los próximos 10 años se añadan mil millones de habitantes al planeta, lo que hará que aumente la demanda de recursos energéticos 16 EDH