opinión mediante peajes de acceso a red que promuevan tanto la e ciencia energética como los objetivos de generación renovable, manteniendo la estabilidad y visibilidad de la nanciación del sistema y la red. Finalmente, dos aspectos clave requieren la modernización de la red eléctrica para afrontar las necesidades para un sistema más e ciente: por un lado, la incorporación del usuario nal y sus datos a la ecuación de la gestión de la red y, por otro, la creciente integración de generación renovable distribuida. Ambas nos llevarán a un cambio de paradigma en el diseño, operación y mantenimiento de la red. Así, se hace necesaria una inversión que permita la explotación de la red con los niveles de servicio esperados y, sobre todo, desarrollar el potencial que la automatización y la digitalización nos ofrece. Debemos asegurar que las redes de distribución sean capaces de afrontar estas oportunidades dotándose de la capacidad de comunicación y gestión adecuadas. Así, la digitalización y la gestión de los datos –también conocidos bajo los conceptos del Internet de la cosas y el big data- son elementos clave en el desarrollo de la red inteligente y, por tanto, de la e ciencia energética. El panorama actual y las previsiones de numerosos analistas ponen de mani esto que la e ciencia energética constituye una gran oportunidad a nivel medioambiental, económico y de generación de empleo. Para dar este gran paso como país será imprescindible posicionar la sostenibilidad entre las prioridades de nuestra sociedad desde el punto de vista político, empresarial y nanciero. 62 www.energiadehoy.com