ARTÍCULO como comunidades de agentes encargados de alcanzar objetivos locales y globales de producción, e ciencia, servicio, etc. Esta forma de organizar los procesos está presente ya en la práctica totalidad de los negocios de Internet donde la gura del prosumidor es la pauta imperante y comenzará a extenderse a otros negocios conforme se despliegue el IoT, los CPS y los recubrimientos. En el mundo de las Utilites, algunas de las áreas de proceso en las que estas tecnologías van a producir mayores bene cios son la plani cación y gestión de los recursos y materias primas, el mantenimiento adaptativo y predictivo, la mejora de la e cacia de las fuerzas de trabajo en campo, el incremento de la seguridad tanto física como lógica y los nuevos esquemas de interacción con el usuario (ciudadano). De forma paralela a esta transformación, nos encontramos con una convicción que día a día cobra más fuerza, aquella que establece que los actuales problemas a los que nos enfrentamos como especie (directamente relacionados con la sostenibilidad del planeta, nuestros modelos productivos y nuestra viabilidad), no podrán ser encarrilados sin esta nueva y profunda transformación tecnológica. Transformación que en este contexto signi ca, en último término, aceptar que la inteligencia humana necesita una inteligencia arti cial amiga para tratar de optimizar la complejidad operacional actual. La energía juega un papel central en este escenario, y no sólo porque ya hayamos constatado que el uso actual debe ser sustituido por uno más respetuoso con el medio ambiente, ejempli cado en el conjunto de las energías renovables y su proliferación. El papel de la energía es importante por ser este uno de los primeros sectores donde ha emergido esa necesidad de contar con una inteligencia adicional a la humana en el despliegue y operación de las actuales infraestructuras. No en balde fueron los problemas del suministro y los cortes de la primera década de este siglo lo que llevó a la administración de Obama a impulsar los planes de Redes Inteligentes o Smart Grids. Fue en este contexto donde se comenzó a emplear el concepto “smart”, tan popular en nuestros días y ligado (de forma no precisa) con el más general de digitalización. Los sistemas actuales de gestión de la energía eléctrica (EMS, DMS, BMS, SCADAs, etc) no tienen capacidad su ciente para gestionar 54 www.energiadehoy.com Los nombres que esta representación compartida está recibiendo (infoesfera, ciberespacio, mente extendida, etc) ponen de mani esto la diversidad de visiones que habilita.