ARTÍCULO En estos casos, un sistema de autoconsumo puede generar y acumular la energía para dar respuesta a la potencia extra requerida y que no puede ser aportada por la red. caso práctico El caso descrito a continuación es el de una vivienda de n de semana en alta montaña con un clima extremo, especialmente en invierno. Este tipo de viviendas mantienen durante todo el invierno sus sistemas de calefacción activos para evitar la caída de las temperaturas interiores por debajo de un cierto valor de seguridad (14 ... 16 C) para evitar el deterioro acelerado de sus cerramientos, así como la di cultad de alcanzar de nuevo las temperaturas de consigna durante el n de semana. El consumo en calderas de gasóleo de esta tipología de viviendas suele ser de 3.000 a 5.000 litros por temporada. Mediante la incorporación de un sistema de calefacción radiante modular alimentado por una instalación de módulos fotovoltaicos con acumulación de 4 kW de potencia y 7,2 kWh de capacidad así como de un gestor de cargas EDS se ha logrado reducir a cero el uso del combustible fósil para el mantenimiento de temperaturas en días de no ocupación. Además mediante el cambio de modo de trabajo, el sistema cubre las necesidades eléctricas de la vivienda el resto del año y garantiza el suministro básico en caso de caída de la red, hecho bastante habitual en zonas de montaña. Esta instalación, a pesar de tener un coste elevado tiene un plazo de amortización de seis años y evita la emisión al ambiente de 14 T de CO2 a la atmosfera. El hecho de acumular la energía solar excedentaria en las horas centrales del día nos permite aumentar el grado de autoabastecimiento energético 36 www.energiadehoy.com