OPINIÓN de producción, implicando pues una perdida automática de ventas. De ahí que la minimización de los periodos de parada sea un objetivo fundamental en esta tecnología. A esta situación hay que añadir el reciente cambio legislativo sobre la retribución de las plantas renovables ha añadido un plus de di cultad en el cálculo de las pérdidas derivadas de un siniestro. Con el sistema original de retribución el tiempo de parada de la planta, en función del recurso renovable, permitía calcular el volumen de energía cuya venta se había perdido, de lo cual la pérdida de ventas era directamente proporcional al recurso de generación perdido. Sin embargo, la introducción de la Retribución a la Inversión, donde el paquete económico va vinculado a que la planta opere un número determinado de horas a lo largo del año natural, supone un incremento en la complejidad del cálculo de la pérdida de ingresos. Dado que dicho término puede suponer para algunas plantas entre el 60 y el 80% de los ingresos anuales, la nueva legislación provoca que exista una polarización en el impacto de los siniestros que afecten a la capacidad de producción de la planta. El escenario actual puede llevar desde varias paradas pequeñas con un coste pequeño, a una única parada con un coste casi total de los bene cios de la misma. concLusión: La tramitación de un siniestro no es tarea sencilla. Una buena tramitación requiere de verdaderos profesionales que conozcan del negocio asegurado, que estén en contacto con los mejores profesionales, que focalicen sus esfuerzos en buscar soluciones para reducir las paradas y mantener la actividad, incluso ofreciendo pagos a cuenta, que sean proactivos y que siempre estén visibles y dispuestos para los Clientes. También es básico en ésta relación aseguradora que tanto el Asegurador como sus Clientes entiendan que van en el mismo barco y que el negocio protegido es el mismo. Para que ambos salgan fortalecidos es necesaria que se trabaje de forma muy cercana, con máxima transparencia. 10 www.energiadehoy.com