ARTÍCULO infraestructuras de transporte público no contaminante. Por otra, fomentar el uso del transporte no contaminante, como la bicicleta –ya sea eléctrica o no– y desgravar el uso de medios compartidos, no sólo el autobús, con nuevos modelos tarifarios más competitivos; o la adquisición de vehículos eléctricos, como coches, motos o bicicletas. En este sentido, destaca la labor del Gobierno por incluir las ayudas de 200€ en la compra de las bicicletas eléctricas desde el cuarto Plan PIVE. Algunas empresas fomentan este tipo de transporte entre sedes y muchos ayuntamientos han puesto en marcha servicios de alquiler de bicis tradicionales o eléctricas. Para que estas iniciativas sean un éxito, es importante desarrollar su cientes medidas de seguridad antirrobo, un plan de aparcamientos para bicis su cientemente amplio y disperso por la ciudad y un sistema tarifario que haga atractivo el uso de la bicicleta pública. Un planteamiento de este tipo tendría importantes repercusiones económicas y sociales: � A corto plazo con el ahorro de tiempo y dinero. Aunque parece que moverse en bicicleta –eléctrica o normal– perjudica al tiempo de llegada al destino, diferentes estudios avalan que en ciudades en las que los atascos son un verdadero problema, la bicicleta puede ser más rápida que un coche en desplazamientos cortos –una persona sin una preparación especial puede hacer sin esfuerzo medias de 18km/h en bici eléctrica–. Además, en ciudades con problemas de tráfico, el uso de transporte Afortunadamente ya existen muchas ciudades que tienen planes exhaustivos de movilidad urbana, que combinan diferentes medios de transporte público 80 www.energiadehoy.com Foto: Javier Calvo. Foto: David Marcu.