OPINIÓN e incluso ganando terreno el gas no convencional, por sus menores emisiones de CO2 por kWh. Nada del gas no convencional de Oriente Medio y África podría quemarse, lo mismo que el 90% del de China e India que incluye grandes cantidades de metano de capas de carbón (CBM), y de nuevo el contraste de Estados Unidos que podría quemar hasta el 50% del gas no convencional, debido al gran desarrollo de su industria de shale gas con fracturación hidráulica. Con respecto al carbón, el combustible que sale peor parado, más del 95% de las reservas de Estados Unidos, Rusia y Australia y el 77% de las de China deberían dejarse sin explotar. El informe tiene importantes implicaciones geopolíticas y económicas, ya que supone dejar sin explotar 2/3 de las reservas probadas de combustibles y casi el 90% de unos recursos energéticos que hoy no son técnica o económicamente viables pero que podrían serlo en el futuro, renunciar a la totalidad del petróleo no convencional y a la mayor parte del gas no convencional, cifras que contrastan con las previsiones de la Agencia Internacional de la Energía, que estima que en 2040 el 75% de la energía mundial será de origen fósil. Desde la óptica de las políticas climáticas, los resultados de estudios como el de Mc Glade deberán orientar las negociaciones de los acuerdos internacionales del clima y el debate sobre las contribuciones nacionales a la reducción de emisiones o las aportaciones nancieras al Fondo Verde para el Clima. Porque la pregunta que subyace es, ¿como compensar a aquellos que, por haber llegado más tarde al desarrollo económico y tecnológico, tienen que renunciar a bene ciarse de unos recursos energéticos, de los que sí se han aprovechado otras partes?. Esta nueva inequidad habrá que integrarla en el famoso principio aceptado en política climática, de responsabilidades comunes pero diferenciadas, según la contribución de cada país a las emisiones globales acumuladas... y los recursos energéticos no utilizados por razones climáticas. Pero quizá la conclusión más importante que puede sacarse del informe es la urgencia de disponer de la tecnología CCS, apoyando el desarrollo y despliegue con tanto impuso político como el dedicado a las energías renovables, ya que constituye el elemento de transición fundamental para alcanzar al nal del siglo XXI la neutralidad de emisiones 74 www.energiadehoy.com