ARTÍCULO ambientales, pasando por su transporte desde miles de kilómetros vía redes de transporte y/o tráfico marítimo con sus consecuentes impactos ambientales, para alcanzar las regiones de consumo y desplegar nuevos procesos de transformación, producción de energía primaria/secundaria y transporte (que comprenden la generación de residuos, el consumo de energía, la ocupación del terreno y la interacción social) hasta llegar a los consumidores (industriales o domésticos) y finalmente gestionar la demanda a través de la interactuación con los clientes. En este complejo y variable mapa de procesos se cruzan múltiples impactos (positivos y negativos) sociales, económicos y ambientales que las empresas energéticas están obligadas a gestionar. Las TIC permiten cubrir todo el ciclo de vida a través de la medición en continuo (desde sensores remotos hasta teledetección vía satélite), la gestión de volúmenes enormes de datos por medio de bases de datos que permiten una capacidad de procesamiento de información cada vez mayor, generando entornos de inteligencia a través de datawarehouse/datamarts que alimentan capas de Business Intelligence, que a su vez facilitan la toma de decisiones a distintos niveles de gestión organizacional. Actualmente la tendencia entre las grandes empresas energéticas es intentar controlar la información a nivel corporativo, generando sistemas que permiten alcanzar un alto nivel de granularidad en el análisis de la información, dibujando fotografías globales y estratégicas del desempeño de la organización a nivel de sostenibilidad, a la vez que se permite un detallado análisis de arriba abajo hasta el nivel de válvula en planta. LAS TIC PILAR DE UN MODELO ENERGÉTICO MÁS SOSTENIBLE Actualmente nos encontramos en la fase de desarrollo de un modelo energético más sostenible con el trasfondo del Mapa de Ruta Europeo que aspira a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero entre un 80 y un 95% en 2050 respecto de los niveles de 1990. Este reto supone una transformación radical del modelo energético, que independientemente de la viabilidad de cumplir con los objetivos establecidos, ya marca la agenda energética europea. En este sentido cabe destacar el papel imprescindible de las TIC en múltiples campos de actuación como son: el futuro despliegue de las Smart Grids, la consolidación de flotas de transporte más sostenibles, la evolución de las energías renovables para hacerlas más competitivas, la potenciación del mercado de energía entre países miembros de la UE (redes interestatales, certificados verdes de energías renovables, etc.), la conceptualización y puesta en marcha del concepto de Smart Cities, el desarrollo de la fusión nuclear y un largo etcétera de campos tecnológicos más o menos cercanos a su implantación, pero que marcarán el futuro energético. 90 EDH