La primera de ellas propone una labor de consultoría, ya que queremos tener una visión global de nuestros inmuebles, comprobar su estado y conocer ahorro que puede suponer tomar medidas sobre ellos. Posteriormente, se establecerá un orden de prioridades para actuar. Una vez realizada la enumeración ordenada de inmuebles, estimaremos en cuáles de ellos se puede comenzar a actuar. Para la fase II se solicita una toma de medidas obligatoria, ya que las decisiones que se tomen deben estar sustentadas en datos reales. La fase III no es más que el seguimiento de las medidas adoptadas. Se busca así, el asesoramiento de profesionales para que las medidas se implanten correctamente y a la primera. La fase IV comenzará un año después de haber implantado las medidas de eficiencia energética, ya que consiste en el seguimiento de los consumos y emisiones del inmueble. De nuevo, se pretende que no se olviden las medidas adoptadas y que, aplicando el protocolo EVO, se cuantifiquen los ahorros. Por último la fase V consiste en determinar aquellos indicadores sencillos que nos permitan, a personas no especialistas en la materia, garantizar que los inmuebles siguen los procedimientos marcados y que los niveles de ahorro continúan. EFICIENCIA ENERGÉTICA: MINIMIZAR EL IMPACTO, MAXIMIZAR EL RETORNO SOCIAL Todas estas medidas van a suponer un gran esfuerzo para la organización, máxime en un contexto como el actual. No obstante, para nosotros es muy importante actuar conforme al compromiso que la Institución tiene para con la sociedad y especialmente, con los menos favorecidos. En este sentido, manejar con eficiencia nuestros propios recursos nos permite un mayor retorno social al poder alcanzar una doble meta. Por un lado, estamos respondiendo a nuestros propios criterios de sostenibilidad, y actuamos responsablemente, conforme a nuestro ideario. Por otro, podemos avanzar en nuestra labor social, y lo podemos hacer con la independencia que nos da, destinar recursos propios que ahora ya no se destinan al mantenimiento de nuestra estructura, sino que sirve para financiar programas y proyectos que mejoran la calidad de vida de la ciudadanía. Un ejemplo, es el Llamamiento “Ahora que nunca”, con que el vamos a atender en el territorio autonómico a 30.000 personas que antes tenían su vida normalizada, y que ahora, a consecuencia de la crisis, no son capaces de cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias. En Cruz Roja tenemos muy presente la estrecha relación que existe entre la salud humana y el medio ambiente GESTIÓN Y EFICIENCIA ENERGÉTICA EDH 79