conscientes de esta situación. Este sobrecoste es proporcional al gasto en facturación, de tal manera que a mayor gasto, más posibilidades hay de que estos sobrecostes sean mayores. La optimización del suministro eléctrico consiste en adaptar una serie de parámetros técnico-administrativos a nuestras necesidades de consumo. En concreto: • Si el consumo es muy alto, bajo o se realiza en determinados horarios, puede que la tarifa que tiene contratada no sea la más apropiada. Además, quizás su manera de consumir se adapte bien a la evolución de precios de los mercados mayoristas, pudiendo trabajar de una manera diferente. Optimizar este concepto ¡no tiene coste! • Si demanda mucha o poca potencia con respecto a la que tiene contratada puede que esta no sea la más apropiada. Optimizar este concepto, frecuentemente ¡no tiene coste! • Si lleva más de un año con la misma comercializadora de energía, probablemente haya otra con mejores precios para sus necesidades. Cambiar de compañía, frecuentemente ¡no tiene coste! • Si tiene sobrecostes por energía reactiva, los puede evitar instalando un equipo especial (batería de condensadores) que normalmente se amortiza entre 6 y 18 meses. Dada la difícil situación económica y energética actual y sus perspectivas de evolución, es el momento de llevar un estricto control de los suministros de electricidad, minimizando todos los conceptos que engloba las facturas, para que, tanto los sobrecostes, como las futuras subidas, nos afecten lo menos posible. Los cambios que pudieran resultar tras un análisis detallado de facturación para su optimización, se realizan en cuestión de semanas y la mayoría de ellos no implican coste económico, siendo en consecuencia, la primera actuación recomendada a la hora de acometer cualquier acción relacionada con la eficiencia energética. El precio de las facturas de electricidad tiene una tendencia alcista de subidas, a veces, muy superiores al IPC GESTIÓN Y EFICIENCIA ENERGÉTICA EDH 73