pasar por el Servicio de Asistencia Técnica (SAT). Este es un método con el cual el propietario de la máquina gozará de más independencia y control, y una muestra de transparencia de Christ”, relata Díaz. En contra de lo que pudiera pensarse, en las tres estaciones de servicio la proporción del uso de los puentes y los boxes está bastante igualado. “En Jaén, cuya estación de servicio cuenta con un puente y dos boxes, también de Christ, la facturación casi se reparte al 50%. Yo, como usuario, recurro más a los puentes. El resultado es mucho mejor y son mucho más cómodos”, mantiene Díaz. Otra de las posibilidades de los puentes, continúa nuestro interlocutor, es la variedad de programas disponibles. Dos de las máquinas ofrecen cuatro variedades, mientras que la unidad más moderna incorpora una quinta posibilidad. “Se trata de un encerado especial que acelera el secado y mejora el resultado final, dándole más brillo. Se nota y a la gente le gusta. A pesar de ser el programa más caro (siete euros), los clientes lo escogen, aunque no es el programa más vendido”. Durante la conversación, que tuvo lugar a mediados de junio, el empresario hizo referencia a la adversa (para el lavado de vehículos) climatología sufrida en gran parte del primer semestre en gran parte de Andalucía. “Este año no está siendo bueno para el lavado, ya que aquí empezó a llover en febrero y no Francisco Javier Díaz es propietario de una estación de servicio de bajo coste en la localidad granadina de Albolote. En ella también ofrece a sus clientes un puente de lavado Christ Varius 1 + 1 C163. ha dejado de hacerlo, con más o menos frecuencia e intensidad, hasta principios de junio. Y vamos por debajo de los lavados que hicimos el pasado año por estas fechas. Ha habido pocas semanas en las que no haya llovido dos o tres días, y eso desanima a los conductores, como es lógico. En febrero y marzo es normal que llueva en las provincias de Granada y Jaén, pero que lo haga en abril, mayo e incluso junio, no es frecuente”. Un área de negocio imprescindible “La gasolinera de Albolote, de la que soy propieta- rio, es de bajo coste, pero tiene personal en horario diurno, aunque por las noches funciona en régimen desatendido. Está en una zona con una gran compe- tencia. En el mismo polígono hay seis puntos de venta de carburante, y en el pueblo, que tiene una población de poco más de 18.500 habitantes, hay once. Somos muchos. Yo soy de la opinión que es mejor vender muchos litros con menos margen que vender pocos con más beneficio; hay que tener en cuenta que el precio es determinante para muchos clientes. Pero, además, he decidido instalar el puente de lavado para captar a clientes que no solo buscan precio, sino que quieren contar con más servicios. A mí me está ayudando a contar con clientes de otro perfil y que, ya que están en la estación, terminan repostando”, explica Díaz, quien acumula trece años de experiencia en el sector de las estaciones de servicio. “Me gusta este mundo. Es una actividad que me atraía y aún hoy, con la fuerte competencia existente sigue haciéndolo”. EstacionesdeServicio 81 REPORTAJE LAVADO