ENTREVISTA por ENAC, o por entidad de acreditación europea, que es la que debe establecer si se están produciendo fugas o no. El cambio de filosofía es total. Y en el fondo no es ninguna novedad, esta forma de actuar se ha adopto hace años en el Reino Unido y en Estados Unidos los primeros sistemas datan del año 1992, con muy buenos resultados. Pero hay gente a la que ese cambio no le viene bien y decide judicializar el asunto y llevarlo hasta el Supremo. ¿Qué regula la norma UNE EN 13160? Es una norma europea que consta de siete partes y en cuya elaboración y desarrollo estuve participando en el CTN 393 del Comité Europeo de normalización: define las condiciones que tienen que cumplir los diferentes sistemas de control de estanqueidad, los diferentes sistemas que hay: cómo tienen que estar fabricados, qué ensayos deben superar, entre otros aspectos. Esta norma que ya existía, lo que hemos hecho es actuali- zarla, porque cada cinco años las normas deben revisarse, y la verdad es que se ha mejorado muchísimo. Se han introducido sistemas nuevos que no estaban en el mercado en su última revisión. Además, se ha ampliado la variedad de sistemas, permitiendo el uso de algunos que se utilizan con éxito fuera del territorio europeo. Desde mi punto de vista, es un buen ejemplo de cómo el marco legal se enriquece gracias a aportaciones técnicas provenientes de todo el mundo, porque en su actualiza- ción y mejora hemos participado expertos de Alemania, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, España... Además, en los grupos de trabajo han estado presentes fabricantes, dis- tribuidores e instaladores (yo representaba a los instaladores españoles asociados en ARETA), pero también profesionales independientes. Ha sido un equipo muy heterogéneo, pero en el que los acuerdos se han alcanzado por consenso. Técnicamente es una norma “superelaborada” y muy válida. Sin embargo, puede ocurrir que una vez terminada la ver- tiente técnica de una norma alguien la impugne desde el nivel legal y puede parar su aplicación. Por eso hay tanta afición a demandar. Da la impresión de que el esfuerzo europeísta por unificar criterios y normas, por establecer un marco supranacional común, es fácilmente desmontable. Eso está sucediendo en Europa con muchas cosas. Nos contaban en la Unión Europea que cada vez se hace más complicado la renovación de normas armonizadas por este tipo de situaciones que ocurren. Pero no es que ese esfuerzo se pueda desbaratar con facili- dad, es que la Unión Europea y sus mecanismos legislativos son una estructura tan pesada y tan heterogénea, en la que conviven partes con intereses distintos, que al final puede convertirse en una jaula de grillos. Con respecto a la adaptación de las estaciones de servicio a los requisitos de la ITC 04 vigente, Mezquita aconseja a los empresarios que contraten los servicios de “una empresa confiable que le asesore y ejecute correctamente los trabajos y además que le realice los trámites correspondientes en la administración para que todo quede registrado” Un grupo que tiene interés en mejorar técnicamente un sector puede ir en contra de otro grupo que pretende que todo esté perfectamente definido y asegurado, y eso es incompatible. La cuestión es que cuando hay un pulso entre el primer grupo y el segundo siempre gana la parte legal, porque -en caso de duda- la norma no sale adelante. Por tanto, si una norma puede nacer con espíritu de ser armonizada para todo el espacio de la Unión Europea, y que por tanto permita que fabricantes de un país pue- dan vender en otro, que operadoras de un país tengan las mismas condiciones técnicas que las de otro; es decir, que se establezca una armonización y se funcione como un mercado único y con las mismas reglas de juego. Pero si al final de forma individual se impugnan y se consigue desvanecer esa armonización utilizando argumentos lega- les (bajo los que puede subyacer un interés concreto) el asunto se complica mucho. El problema que tenemos, que es general en Europa, es que el nivel legal pesa siempre más que el técnico. Cualquier norma técnica es impugnable, porque nada es perfecto y, además, en el nivel legal puedes avanzar utili- zando argumentos no demostrando fehacientemente. Y no nos engañemos, argumentar algo es fácil, nada más necesitas un punto de inicio, un apoyo. Y a partir de ahí puedes construir la impugnación. Ese es el problema de la Norma UNE EN 13160, que estuvimos desarrollando durante más de tres años en Europa, que nació para ser armonizada, y a día de hoy no puede entrar en vigor dicha armonización porque una persona de un país miembro lleva ya dos años haciendo alegaciones. 22 EstacionesdeServicio CARBURANTE