ACTUALIDAD que terminar. Es necesario un acuerdo amplio en materia energética y una regulación que no cambie tan frecuen- temente; mejoras sí, enmiendas a la totalidad no. En cuanto a fiscalidad, se debe reducir en el ámbito renova- bles, establecer el principio de que quien contamina paga y que deje de ser simplemente recaudatoria para marcar una orientación a los desarrollos. ¿Y qué errores no debe repetir? Los errores son algo consustancial a la toma de decisiones, porque nadie es infalible. Pero en España hemos tenido un gravísimo problema que es la improvisación. Cuando hay una estrategia detrás, las acciones podrán equivocarse pero obedecerán a un criterio. Cuando no hay estrate- gia detrás, acertar es imposible. En marzo de este año el Ministerio decía que la Transición Energética no debía ser rápida. Ocho meses después hemos subastado 8.000 megavatios. ¿A qué obedece esto? ¿En marzo no sabíamos lo que íbamos a hacer durante el año? Debemos planificar porque será la manera en la que no haya inseguridad jurí- dica, en la que no haya cambios retroactivos, en la que no paremos durante años a un sector para luego, cuando se acerca la fecha del objetivo, pedirle un sobreesfuerzo. La improvisación es el principal error que no debemos repetir. ¿Cuál es el panorama actual, en su opinión, del con- sumo eléctrico en España, Europa y el mundo? ¿Qué papel ocupan las energías renovables? Cuando el año pasado el 55% de la potencia eléctrica era renovable es que ya está claro a nivel mundial hacia donde debemos ir. Pero hay muchas décadas de combustibles fósiles que pesarán en el futuro. En 2016 las energías reno- vables aumentaron un 6,4% respecto al año anterior y eso solo sirvió para alcanzar el 10% del consumo energético mundial: petróleo, gas y carbón suman un 85%. A nivel eléctrico estamos algo mejor, el 23,7% de la elec- tricidad es renovable en el mundo. Pero de ese 23,7%, un 16,6% es gran hidráulica. Las renovables ‘modernas’ (fotovoltaica, biomasa, eólica...) suponen el 7,3% de la electricidad a nivel mundial. Estamos acelerando pero aún hay una dependencia de combustibles fósiles enorme. APPA promulga que ‘El futuro será renovable o no será’. ¿Qué debería cambiar para que este ‘futuro’ sea lo antes posible? Lo primero, entender que las renovables no tienen color político. Se trata de una apuesta estratégica a nivel mun- dial que supone un mercado creciente para los próximos treinta años. Perder ese tren será nefasto para nuestra economía. Tanto a nivel de industria como de exportación de electricidad, con un impuesto del 7%, las centrales renovables españolas no son competitivas porque las esta- mos lastrando. Segundo, dentro de nuestras fronteras, diseñar el modelo energético que queremos para España y ser consecuentes con las decisiones que tomemos. No pedimos mayor o “Es necesario un acuerdo amplio en materia energética y una regulación que no cambie tan frecuentemente; mejoras sí, enmiendas a la totalidad no” menor velocidad, pedimos un Pacto de Estado que permita contar con un marco regulatorio estable y predecible para las próximas décadas; el sector responderá si se ponen unas reglas del juego claras. Tercero, contemplar las renovables en su globalidad. Tanto en tecnologías, donde si queremos un mix renovable equi- librado no podemos limitarnos únicamente a las que hoy son más baratas —así no se habría desarrollado jamás la eólica o la fotovoltaica—; como en sus beneficios, donde las externalidades positivas de estas energías deben ser contempladas en una estrategia global que nos permita disfrutar de empleos de calidad con una industria que está llamada a ser una de las claves económicas del siglo XXI. Los desarrollos en renovables, como en cualquier otra acti- vidad, no debemos hacerlos ni rápidos ni lentos, debemos hacerlos bien.• ENTREVISTA 50 EstacionesdeServicio SECTOR