EE.SS.- ¿Cuál ha sido la respuesta de la Administración? A.M.: Los Gobiernos regionales porque están dando la callada por respuesta cuando al menos deberían contestar. Si cuando transcurran seis meses desde la presentación de las denuncias ante los organismos competentes en materia de consumo seguimos sin tener noticias de la Administra- ción autonómica de Andalucía y de Castilla-La Mancha iremos a los tribunales. EE.SS.: ¿Se plantean úni- camente dar la batalla en los tribunales? A.M.: No, ni mucho menos. De hecho, en Cataluña estamos negociando y próximamente tendremos una reunión con cinco consejeros autonómicos para intentar atajar el problema que supone la proliferación de gasolineras desatendidas en este territorio. En Asturias, los sindicatos se van a reunir con la Consejería de Indus- tria para abordar esta problemáti- ca y en muchas otras comunidades autónomas estamos inmersos en negociaciones desde hace mucho tiempo. EE.SS.: ¿Ha cuantificado CC.OO. el impacto que la prolife- ración de las gasolineras desaten- didas está teniendo en el empleo en el sector de la distribución de carburante al por menor? A.M.: Sabemos que hay sobre 600 estaciones de servicio desatendidas. En condiciones nor- males, esas instalaciones emplea- rían a cinco trabajadores cada una, más las contrataciones de verano. Desde 2010 se han destruido en este sector 9.800 puestos de tra- bajo. Es cierto que quizá no todos sean achacables a la proliferación de las desatendidas, pero es evidente que esta circunstancia ha influido muy notablemente en este drama. EE.SS.: ¿Cree que seguirán abriéndose estaciones de servicio desatendidas? A.M.: Sí, sin duda. Esto está au- mentando de manera imparable. Como he mencionado anterior- mente, si las administraciones no toman cartas en el asunto pronto llegaremos a las 3.000 o 4.000 gasolineras fantasma. EE.SS.: ¿Así que prevén que se siga destruyendo empleo en el sector? A.M.: Sí. De hecho, yo entiendo a algunos empresarios que nos dicen que se ven incapaces de competir. Más de uno me ha dicho “Ángel, tengo cinco trabajadores y me veo obligado a despedir personal porque soy incapaz de competir con esta gente; me bajan los precios y al estar en crisis los conductores acuden a las low cost y yo pierdo clientela”. Hemos de tener en cuenta que lo que aquí está en juego son casi 60.000 puestos de trabajo directos y otros 40.000 indirectos, además de los empresarios que se tienen que marchar de este negocio y buscarse otro. EE.SS.: ¿Considera que existe un problema de concienciación social con respecto al impacto que las gasolineras fantasma tie- nen en el sector de las estaciones de servicio? A.M.: Puede ser, pero creo que la gente está cada vez más concienciada al respecto, especialmente en lo tocante a los problemas de seguridad que pueden representar este tipo de instalaciones. La gente opina cada vez más mayoritariamente que no quiere gasolineras fantasma en su ciudad, pero las solicitudes de apertura llegan a los ayuntamien- tos y son tramitadas. Estaciones de Servicio | 7