CARBURANTE Reportaje recibe una gasolinera tradicional es muchísimo mayor que las esta- ciones low cost”, explican desde la CEEES. Razones para oponerse Pero es que, además de no recibir las inspecciones correspondientes por el hecho de que en muchas ocasiones no figuran en los registros de los departamentos de Consumo de las comunidades autónomas, la visita de los inspec- tores se antoja harto difícil al no haber ningún empleado en las ins- talaciones que atienda a los fun- cionarios. Teniendo en cuenta esta circunstancia, las inspecciones son poco menos que “imposibles”, salvo aviso previo por parte de la Administración para que acuda un responsable a la instalación”. La falta de inspecciones en las gasolineras desatendidas tiene consecuencias muy serias para el sector de la distribución de carbu- rantes al por menor. Entre ellas, la cúpula de la CEEES cita “la falta de seguridad, por inexistencia de personal conocedor del protocolo de actuación ante la descarga del producto por parte del operador, un derrame de carburante, un accidente, la necesidad de utilizar los extintores, etc.”. Además, la ausencia de per- sonal conlleva la “imposibilidad de resolver cualquier incidencia”, entre las que destacan “averías, incorrecto suministro, error de cobro, comprobación de medida de los aparatos, entrega de hoja de reclamaciones, etc.”. Por si todos estos argumentos fueran insuficientes, el hecho de que las gasolineras low cost no estén atendidas por ningún empleado genera una “absoluta desprotección para los clientes con discapacidades, a quienes se les hace prácticamente imposible su utilización o, en todo caso, claramente dificultosa y discrimi- natoria”. Pero es que además, Bru, De Benito y Ríos denuncian que lo que son normas de imprescindible cumplimiento para las estaciones de servicio convencionales no son tan importantes para las low cost. “Históricamente nuestro sector ha sido machacado con varios temas que por arte de magia dejan de tener relevancia cuando se trata de instalaciones desatendidas: la seguridad, el medio ambiente, los derechos de los consumido- res, la metrología, etc.”, afirman desde la CEEES. En palabras de los directivos de la confederación, la Administración siempre se ha encargado de trasladar al sector que “todos estos temas eran sú- per importantes”, por lo que “han sido supervisados, hiperregulados y perseguidos desde los inicios ¿En qué quedamos? Resulta que en pro de la ‘libre competencia’ y de la reducción del precio del carburante, todo vale, y lo que era de vital importancia, ya no lo es”, ironizan desde la organización empresarial. Sin embargo, los máximos responsables de la patronal con- sideran que “este Gobierno no sólo yerra en la forma de obtener el objetivo de bajar el precio del carburante, sino que va a conse- guir la desaparición de un sector perfectamente regulado y que da empleo a muchas personas”. En opinión del presidente y de los vocales del Comité Ejecutivo de la asociación, las consecuencias del desmantelamiento del segmento de la distribución de carburante tal y como hoy lo conocemos serán dramáticas: “los precios volverán a subir como ha ocurrido LA PATRONAL TIENE CLARO QUE EN ESTA BATALLA LOS SINDICATOS DEBEN SER SUS ALIADOS, POR LO QUE HAN TRASLADADO A LOS REPRESENTANTES DE LOS TRABAJADORES SU “INQUIETUD” CON RESPECTO A LA PROLIFERACIÓN DE LAS GASOLINERAS LOW COST Desde la CEEES consideran que la dis- tribución minorista de carburantes requiere de presencia humana en las instalaciones de suministro. 20 | Estaciones de Servicio