Opinión José María González Moya, director general de la Asociación de Empresas de Energías Renovables (APPA) Es necesario y urgente impulsar las renovables Las energías renovables en España atraviesan la mayor crisis de su historia, fruto de la mala regulación de los últimos gobiernos acrecentada por la moratoria dictada contra ellas por el gobierno del Partido Popular en enero de 2012, justo a su llegada al poder, y la posterior reforma eléctrica llevada a cabo por el Ministerio de Industria. El resultado es un sector paralizado, que lleva años sin apenas instalar potencia renovable, con las empresas en una difícil situación y sin perspectiva alguna de futuro. El panorama actual es la paradoja de un sector clave en la economía española, que crece en todo el mundo y que está llamado a ser pieza clave en la lucha contra el cambio climático, según los objetivos de la Unión Europea 2020/2030 y los derivados de la COP21, los conocidos como los Acuerdos de París. No sucede lo mismo en el resto del mundo donde prácticamente todos los países avanzados han puesto en marcha ambiciosos planes para desarrollar las energías renovables. Ello ha hecho posible que según datos del informe publicado recientemente por la Agencia Internacional de las Energías Renovables (Irena), las renovables aumentaron su capacidad de generación eléc- trica con en 151.500 nuevos MW renovables, hasta alcanzar 1.985.000 MW instalados en 2015. Al tiempo, el empleo en el sector alcanza ya en todo el mundo 8,1 millones de empleos (9,4 millones si se cuenta la gran hi- dráulica). Por referirnos a países de nuestro entorno, decir que Francia cuenta con 2,5 veces más empleos verdes que España y que Alemania quintuplica la cifra de empleos renovables de nuestro país. Según Irena, la causa de la destrucción de empleo en el sector en España en los últimos años es consecuencia de las políticas adversas puestas en marcha en el sector eléctrico, que han provocado la pérdida de empleo en todas las tecnologías renovables. Así, el sector ha pasado en nuestro país de emplear a más de 136.000 personas en 2008 a cerrar 2015 con unos 10 75.000 empleos. Irena considera que para cumplir los objetivos a 2030 es necesario que se duplique la tasa actual de renovables en el mix energético mundial, lo que representaría la creación de 24 millones de nuevos empleos en el sector de las energías limpias. Conforme a estas previsiones, España, que cuenta con buenos y numerosos recursos renovables, está perdiendo cada día que pasa la posibilidad de atraer inversiones a un sector clave en la economía mundial y en el que hace pocos años nuestro país ocupaba una posición de liderazgo. Dada la situación, al nuevo Gobierno no le quedará más remedio que caminar por la senda que en materia de renovables se han marcado Europa y el resto del mundo en París. Su prioridad más inmediata debe ser conseguir los objetivos comprometidos con Europa de alcanzar el 20% de penetración de energías renova- bles en 2020 y del 27% en 2030. Para alcanzar los compromisos de nuestro país a 2020 es necesario que se cumplan los escena- rios de la Planificación Energética 2015-2020 del Ministerio de Industria, que prevén la instalación de 8.500 MW renovables (1.700 MW anuales). Objetivos, paradójicamente, muy lejos de los 700 MW (500 MW de eólica y 200 de biomasa) que la subasta eléctrica puesta en marcha por el propio Ministerio contempla instalar en los próximos cuatro años y que sólo representan el 8% de lo previsto en la planificación. A pesar de la elocuencia de las citadas cifras, Industria mantiene que estamos en la senda de cumplir nuestros objetivos a 2020, algo que desde APPA vemos imposible con la actual política energética.