Los metales pesados y otros compuestos de reacción, ge- nerados durante el uso del lubricante por estar sometido a fuertes fricciones y a altas temperaturas, junto a su baja biodegradabilidad, provocarían un verdadero desastre am- biental en caso de acumulación o infiltración en el agua, la tierra o los seres vivos. De ello da muestra la importancia que tiene nuestro lema más repetido: cada gota de aceite usado generada, en cada rincón de España, cuenta: porque sólo dos litros de aceite industrial usado pueden contami- nar tanta agua como la contenida en una piscina olímpica. Cualquier instalación, sector económico o actividad in- dustrial, hasta los que menos podemos imaginar, utilizan lubricantes y generan por tanto aceites usados: desde grandes centros de automoción a pequeños talleres ru- rales, pero también concesionarios, cooperativas agrarias, empresas forestales, de alquiler de vehículos, ambulancias y servicios de emergencia, instalaciones de calefacción en grandes edificios, como hospitales, hoteles o colegios, y otras industrias, como las plantas de generación de energía renovable, entre otros muchos. En este sentido, y para garantizar que el sistema de recogi- da llega a todos los puntos donde se necesita, convirtiendo en universal esa garantía de protección ambiental con la que está comprometida Sigaus, es imprescindible contar con una estructura de recogida eficiente y realmente capilar, incluso en lugares donde, precisamente por las largas distancias a recorrer y las escasas cantidades a recopilar, no resultan rentables -a nivel económico y empresarial-, ni los desplazamientos, ni tampoco las labores de traslado y gestión. Sabemos, a la luz de nuestros datos de recogidas, que un por- centaje muy elevado del residuo recuperado se localiza en el entorno rural, en zonas muy alejadas de los grandes núcleos urbanos. Muchos de los casi 4.850 municipios a los que llegó Sigaus en el último año se encontraban, de media, a más de 100 kilómetros del centro de gestión más cercano. Por otro lado, el tratamiento ambiental que ma- yoritariamente reciben los aceites industriales usados, la regeneración -en un porcentaje de casi el 80%-, permite obtener unos beneficios ambientales y ahorros en materias primas tan importantes que, sin duda, el esfuerzo merece la pena. Y por eso, desde Sigaus seguiremos apostando por apoyar al máximo esta labor y la garantía total de recogida y correcta gestión. Sólo en 2015 se regeneraron unas 92.500 t, obteniéndose bases lubricantes con las que fabricar nuevos aceites y ahorrándole al me- dio ambiente la emisión de más de 270.000 toneladas de CO2 y unos 29 millones de barriles de petróleo, que hubieran sido necesarios para poner en el mercado la misma cantidad de nue- vos productos procedentes de primer refino. Y aunque es cierto que este año está siendo necesario adaptar los porcentajes destinados a la financiación de las actividades más deficitarias del proceso, ante la evi- dente caída de los precios de mercado de los productos reciclados obtenidos del aceite usado, desde Sigaus no rebajaremos nuestro grado de compromiso ambiental ni de seguridad para con todos los agentes implicados en la cadena de gestión. Para ello, es imprescindible la voluntad de trabajo conjunto y una alta capacidad de adaptación, así como una labor más intensa en materia de eficiencia en la gestión, combinando el cumplimiento de nuestras obligaciones con la necesaria soste- nibilidad económica del sistema. Es un gran reto, pero seguiremos trabajando para afrontarlo, con el aval de casi una década de experiencia en el sector, y la flexibilidad, compromiso y transparencia que siempre ha demostrado Sigaus en este sentido. • Opinión 37