OPINIÓN 38 en un gas con gran contenido en metano y, por tanto, en combustible capaz de producir electricidad. Se trata de un combustible renovable, ya que se basa en la producción de residuos orgánicos que nuestro cuerpo desecha de la síntesis de los alimentos. Actualmente, las depuradoras españolas de aguas residua- les dotadas con digestión anaerobia están produciendo 138 millones de Nm3 de biogás al año, lo que es el equi- valente al 4% de la media del consumo de gas que utilizan los ciudadanos así atendidos. "Generamos 90 kg de fango real por persona y año. Y los aprovechamos" Además, se identifican oportunidades de realizar acciones de 'minería de residuos urbanos' para obtener productos y materiales que hoy se desechan a vertedero. Una pequeña parte de estos fangos se incinera (10%) y las cenizas resultantes se utilizan como material de construc- ción o sirven, por ejemplo, como base para la fabricación del clinker del cemento. Además, dado el amplio despliegue territorial de infraestruc- turas, edificaciones y láminas de agua disponibles asociadas a los servicios de agua urbana, tenemos una importante potencialidad de producción de renovables convencionales (solar, eólica), que esperemos puedan movilizarse cuando se eliminen las trabas burocráticas y fiscales que, hasta hace poco (reciente derogación de la llamada Ley del impuesto al sol), hacían inviables estos desarrollos. Respecto a la valorización de subproductos, podemos resumir que los materiales que se obtienen en mayor magnitud son los Biosólidos. Con esta denominación cla- sificamos a los fangos o lodos estabilizados (procedentes de la depuración de las aguas residuales) que cumplen las condiciones legales exigidas para el uso agrícola o forestal, dadas sus características fertilizantes o su potencial de enmienda orgánica o acondicionador del suelo. Dichos fangos provienen de la depuración de las aguas fecales o residuales y son ricos en contenido de materia orgánica y nutriente. Para su aprovechamiento deben estar libres de otro tipo de contaminantes, tales como los metales pesados o microorganismos patógenos. Según nuestros datos sectoriales, en la actualidad estamos produciendo algo más de 700.000 toneladas (medidas como materia seca) al año. Esto realmente supone que dispone- mos de cinco veces más de material aplicable (fango real o bruto) en la agricultura, dado que los fangos tienen sólo alrededor de un 20% de materia seca en su composición. La innovación tecnológica está permitiendo consolidar tecnologías para la extracción de Fósforo (elemento es- caso en la naturaleza), a través de la formación de sales como la estruvita. Más conocidas por el ciudadano, e incluso el experto, son las actuaciones en reutilización del agua. El empleo de aguas usadas requiere de un sofisticado proceso de ‘regeneración’ de las aguas residuales, una vez que és- tas han sido previamente depuradas. La regeneración es fundamental para que la calidad de esos flujos alcance las condiciones exigidas, sanitaria y ambientalmente, para su empleo en agricultura, jardinería, espacios de ocio o el baldeo de calles. Aprovechar el agua regenerada como recurso sustitutivo del agua natural para usos menos no- bles que el potable o evitar su vertido al mar en las zonas costeras, utilizándolo en usos agrícolas o industriales, es muy eficiente para la sociedad y el medio ambiente, par- ticularmente en la España seca. Debemos recordar que, gracias a las empresas privadas especializadas, somos un país líder a nivel mundial en esta disciplina tecnológica y disponemos de una exigente legis- lación al respecto desde hace 11 años, lo que nos permite la reutilización directa de 268 Hm3/año, aproximadamente un 7% del volumen total de agua residual depurada. Actualmente, se está debatiendo en el Parlamento Europeo una reglamentación al respecto sobre las aguas reutilizadas para el riego agrícola, en cuya discusión técnica AEAS ha AGUA