ILUMINACIÓN LED 16 Ejemplo: Mediana de Vida Útil L90 se entiende que, transcurridas las horas señaladas, al menos el 50% (B50) del conjunto de lumi- narias LED del mismo tipo, no alcanza el 90% (L90) de su flujo luminoso inicial, pero siguen funcionando. Además del valor de luminarias (B50), en el mercado existe una demanda aparente de productos B10 o incluso B0. Aunque By es una característica de porcentaje definida, la norma IEC 62722- 2-1 no incluye ninguna explicación técnica sobre cómo se debe verificar o aplicar este parámetro. A mayor abundamiento, las normas de diseño de aplicaciones de iluminación no ofrecen ninguna guía sobre cómo se debe tener en cuenta un factor By. Se necesita una evaluación técnica más cercana sobre lo que realmente significa. Se puede esperar que alrededor de una distribución de productos haya una proporción por encima y otra por debajo del valor de prestación nominal. El análisis, detallado en ambas asociaciones, de los datos de pro- ductos de luminarias LED de varios fabricantes muestra que, al proyectar la vida útil de la instalación hasta 100.000 horas, la diferencia en la disminución del flujo entre B10 y B50 es de apro- ximadamente un 1%. Para el ejemplo referido, L90 a 100.000 horas, esto significa que un flujo luminoso inicial de 10.000 lúmenes será de 9.000 lúme- nes (el 90% de 10000 lm) en el caso de B50. Si la misma luminaria está clasificada como B10, el valor correspondiente sería 8910 lúmenes. Teniendo en cuenta que los datos de salida de la luz nominal de los LED y las fuentes de luz tradicionales están suje- tos a una tolerancia típica del 10%, esta diferencia práctica de 90 lúmenes puede considerarse despreciable. • Anfalum y LightingEurope consideran que el establecimiento de métricas de prestaciones simplificadas que respalden las necesidades de un buen diseño de la iluminación, y permitan realizar comparaciones fáciles entre producto y producto, agregará valor al mercado profesional C M Y CM MY CY CMY K Ahorro económico Los dispositivos LED suponen un gran ahorro económico, tanto por el bajo consumo de energía, como por los bajos costes de mantenimiento. Una lámpara con esta tecnología consume 8,9 veces menos que una lámpara tradicional incandescente. Por lo que el gasto económico en energía es considerable. Su menor consumo energético se traduce directamente en unos gastos de instalaciones mucho menores, debido a la menor dimensión de su cableado. Por otro lado, se trata de una tecnología con una vida útil mucho más larga, lo que conlleva un gran ahorro en gastos, donde el mantenimiento es muy complicado o costoso, o incluso donde el mantenimiento del cambio de luminarias o consumibles son de difícil acceso.