¿Qué son capaces de hacer los sensores? En gran medida, según se deprende del informe ‘El Internet de las Cosas. En un mundo conectado de objetos inteligentes’ realizado por la Fundación de la Innovación Bankinter en colaboración con Accenture, los sensores IoT que integramos en nuestro entorno tienen tres grandes aplicaciones. Por un lado, permi- ten capturar información tanto del entorno como del objeto en el que se encuentran integrado, para un análisis posterior. Por ejemplo, las compañías de seguros pueden utilizar sistemas de sensores para recuperar información de las pautas de conducción de sus asegurados. En segundo lugar, los sensores pueden actuar como desencadenantes de una acción, permitiendo la automatización de determinadas fun- ciones. Este puede ser el caso de la activación de una alarma por la detección de una persona no autorizada o el frenado automático de un coche ante la inminente colisión con otro vehículo. Por último, los sensores también son localizables en todo momento, con lo que se expande el rango de aplicaciones. Por ejemplo, la localización de los paque- tes en los sistemas de gestión de logística permite la determinación de su posición exacta a lo largo de un trayecto y la comunicación con las cintas transporta- doras para establecer el destino de las mercancías. No obstante, las aplicaciones no acaban ahí, sino que el IoT añadiría la posibilidad de integrar el comporta- miento del consumidor o las decisiones de la empresa contratante durante el proceso, pudiendo hacer cam- bios sobre la marcha para minimizar costes, evitar retrasos o, simplemente, adaptarse a las fluctuaciones en la oferta y la demanda de productos. IOT 14 igual modo, existen ciberpólizas que ayudan a las compañías a hacer frente a posibles ciberataques y a dar cobertura a las consecuencias, transfiriendo el riesgo y salvaguardando el patrimonio de la compa- ñía y accionistas”. “Lamentablemente ya tenemos ejemplos de que la ciberseguri- dad no se ha considerado en el diseño de los componentes o de la infraestructura, evidenciando vulnerabilidades que es necesario gestionar”, apunta Eric Polvorosa, de GMV. “Se puede decir que la primera generación de los componentes IoT dan sensación de cierta vulnerabilidad y confiamos en que las siguientes mejoran bastante en este aspecto. Y es que, tal y como desarrolla Guillermo Fernández, de WatchGuard Iberia, en general, los dispositivos IoT se fabrican y se compran en base al coste, más que teniendo en cuenta la ciberseguridad. “Afortunadamente, las cosas están cambiando y los proveedores de seguridad TI ya tienen en el mercado soluciones de IoT que cuen- tan con plenas garantías, tales como las soluciones de seguridad para las conexiones WiFi con gestión cloud, o las propuestas de segmentación de IoT que permiten la separación de la red corpora- tiva en segmentos (IIoT, WiFi para invitados, WiFi corporativo, etc) ayudando a aislar los dispositivos de IoT de los equipos principales. Hacer esto limita la desagradable propagación de un ataque, en caso de que se produzca”. Por su parte, Aitor Jerez, de Sarenet, considera que el entorno en el más se está invirtiendo en seguridad es en el de las plantas de pro- ducción, donde cualquier ciberexposición se puede “pagar muy cara”. En este aspecto, “se están segmentando y segregando las redes que nos encontramos en las plantas y fiscalizamos el tráfico para que las máquinas hablen sólo con quien deban hablar de forma segura. También ofrecemos redes cerradas para aislar ecosistemas y solucio- nes para protegerlas desde el exterior. Los fabricantes también están concienciados y crean sus productos cada vez menos vulnerables”. Las fábricas están implementando aplicaciones de IoT para monitorizar en tiempo real, habilitar el mantenimiento predictivo para reducir los costes, minimizar errores y tiempos de inactividad y prevenir accidentes