INTELIGENCIA ARTIFICIAL Inteligencia Artificial, factor clave para la ingeniería 46 Esta pequeña disquisición, con un enfoque preferentemente pragmático, posee el afán de que, cualquier lector, siquiera la evalúe y se cuestione su uso o, al menos, la conozca. Albert Sàenz Coromina, Ingeniero de Telecomunicación miembro de Telecos.cat Dada la ubicuidad que ya alcanza, debiera ser importante conocer mejor 'de que va esta' aunque solo sea para poder valorar la conveniencia de su aplicación en nuestro pro- ducto o trabajo teniendo especial cuidado con su mal uso (como por ejemplo lo que sucede con la publicidad en 'las plataformas de Internet' que, ayudadas por la inteligencia artificial, contaminan todo por captar nuestra atención, no importando capturar com- portamientos para interpretar lo que se desea ver y así reconducir, empleando audaces trucos psicológicos, nuestra conducta y capa- cidad de atención para priorizar los intereses de los anunciantes). Dado el actual panorama de la IA, y según se vea, como ingenieros, menos aquellos pocos que ya invirtieron años de esfuerzo y trabajo en el lanzamiento relativamente reciente de sus aplicaciones en IA, somos casi todos neófitos en esta materia pues no fue hasta el 2015 que arrancó la IA con destacada vitalidad pues, no en vano, esta bebe de lo que se ha dado en llamar IoT y Big Data. Esto se corro- bora por el hecho de que, aun que el vocablo IA se acuñara allá por 1956, los ingresos anuales de su mercado carecieron de relevan- cia hasta que, pasado el 2014, se produjo el gran salto a cifras superiores a los 100.000 millones de euros de facturación glo- bal, estimándose en llegar a más allá de los 2.500.000M.€ para el 2023 (cuando PIB Español en 2017 fue de 1.163.662M.€). De cumplirse estas expectativas (un incremento anual del 48,6% sostenido durante casi una década), queda claro que el tema debe tomarse seriamente. Para situar rápidamente al lector, se puede decir que, tácita- mente, la IA es aquella en la que obtendremos un resultado a partir de los ‘cálculos’ que se le enseña haga una máquina que posee el ámbito y capacidad idóneos para resolver un problema específico, partiendo de una 'base de datos suficientemente grande' con la que se desea obtener un com- portamiento patrón o una predicción cognitiva. Por decirlo así, un ingeniero coge un computador y hace un programa como probador de acierto modulando su funcionamiento para conseguir una probabilidad de fallo nula (o muy cercana a ese valor), comparando sus resultados con los valores conocidos de una base de datos de partida. Resuelto el dilema, lo aplica en nuevos supuestos no necesariamente contenidos en la base de datos. De fun- cionar como se espera, ¡el éxito en su empeño obtiene recompensa! Que el concepto IA haya cobrado tan renovada fortaleza, ha afec- tado también a los enfoques por cuanto a desarrollos de nuevo hardware destinado a su uso ya sea de forma parcial o total. Oír de Núcleos Especializados en un solo chip de 4 a 8 núcleos, con tecnología de 7 nm, a 3 Ghz o más, son ya toda una realidad que va