60 PAPEL dera local para producir papel creció el 4,7%. Y, frente a solo un 17% de madera importada, el 83% de la madera utilizada fue de procedencia local. Tanto la madera nacio- nal como la importada proceden de plantaciones de pinos y eucaliptos plantados y cultivados para fabricar papel. Las plantaciones para papel emplearon en 2013 directa- mente 5.890 personas (un 5,7% más que en 2012) en empleos relacionados con los trabajos de repoblación y selvicultura. Y a esto hay que sumar 19.430 empleos in- directos (maquinaria, transporte, talleres...) que suponen una importante vía de dinamización del desarrollo rural. Las plantaciones se realizan en terrenos que están baldí- os debido al abandono de cultivos agrícolas, incremen- tando la superficie arbolada. Y son además grandes sumideros de CO2. En 2013 las plantaciones para papel almacenaban casi 32 millones de toneladas de CO2 equi- valente, un 7,5% más que en 2012. El sector papelero trabaja para promover la oferta de ma- dera nacional certificada, para que haya cada vez más papel certificado en el mercado, con etiqueta de garantía de pro- cedencia de una plantación gestionada sosteniblemente. En 2013 estaba certificada el 41% de la producción de celulosa de mercado y el 38% de la producción de papel, lo que supone un muy importante incremento. La gran capacidad recicladora de la industria papelera es- pañola le permite garantizar sobradamente el reciclaje de todo el papel y cartón que se recoge en España (recoge- mos para reciclar 4,3 millones de toneladas de papel usado y nuestras fábricas utilizan como materia prima 5,1 millo- nes de toneladas de papel para reciclar (lo que equivale a 51 grandes estadios de fútbol llenos de papel y cartón). Cerrar el ciclo del papel y el cartón reciclando en cercanía significa poner en valor el esfuerzo que la sociedad espa- ñola ha desarrollado en los últimos años en la recupera- ción de sus residuos de papel y cartón. Significa que el empleo y el valor añadido, que supone el convertir el papel usado en papel nuevo y en nuevos productos pa- peleros, se genera allí donde se han hecho las inversio- nes y el esfuerzo ciudadano para la recogida del papel usado. Es además una apuesta por la competitividad de nuestra industria recicladora, una apuesta por la reindus- trialización, por la economía real, como palanca de salida de la crisis. Como consecuencia de la prolongada crisis económica, el consumo de papel ha encadenado varios años de des- censos hasta situarse a niveles de 1998, con 6,1 millones de toneladas. Con un consumo de papel similar al de quince años atrás podría pensarse que el papel usado re- cogido para reciclar sufriría un descenso equivalente. Sin embargo, consumiendo la misma cantidad de papel y car- tón, recogimos en 2013 un 60% más de papel usado para reciclar que en 1998. Sector protagonista de la bioeconomía y la economía circular El sector de la celulosa y el papel está desarrollando aquí y ahora el modelo de consumo y producción sostenible en el que en un futuro próximo se basará toda la produc- ción industrial. La base de un crecimiento económico sostenible está en la economía circular. Se trata de convertir los residuos en recursos. Y se trata de hacerlo de la manera más eficiente posible, buscando la optimización a lo largo de todo el ciclo, a través de un flujo circular, que implica también el aprovisionamiento con recursos locales. Y esto es lo que hace la industria papelera a través de plantaciones de ma- dera para papel y del ‘bosque urbano’, con la recogida de papel usado para reciclar. Como bioindustria basada en un recurso natural y reno- vable, el macro-sector del papel se posiciona como sector clave de la nueva bioeconomía, descarbonizada y basada en un uso eficiente de los recursos. Entre todos los sectores industriales españoles, el pape- lero es el mayor productor y utilizador de energía renova- ble procedente de la biomasa. La biomasa supone el 32% panorama