39 ETIQUETADO por ejemplo, snacks con base de patata, refrescos o go- losinas, que hasta ahora no tenían información nutricional, ahora la tendrán. ¿Y qué ‘pequeñas excepciones’ no la incluirán? Por ejemplo en productos como legumbres que se ven- den sin transformar, edulcorantes, sales, vinagre... Se trata de productos en los que las características nutricio- nales no varían sustancialmente entre uno y otro, y no son especialmente relevantes. Pero todo lo que sea ali- mentos compuestos por más de un ingrediente normal- mente tendrán esa información nutricional. ¿Qué otras cosas advertirá el consumidor? Entendemos que el consumidor al principio no va a inter- pretar mucho más. Eso no quiere decir que la norma no haga nada más, porque hay algo muy importante que es sistematizar toda la información que ya era obligatoria con la normativa anterior. Se mantienen con pequeñas modi- ficaciones para hacerlas más claras pero, sobre todo, el reglamento pretende sistematizarlas para que tengamos una información más homogénea de producto. Si yo com- paro dos productos de la misma categoría, la información debe estar dada de forma lo más similar posible para que a mí como consumidor me sea más fácil identificar las di- ferencias entre productos. Hasta ahora cogías dos productos diferentes y cos- taba interpretar las diferencias... Efectivamente, pero ahora el consumidor de primeras no lo verá pero en la práctica sí tendrá un impacto importante. ¿Supone algo más? Sí. Los consumidores que tengan intolerancias o alergias verán que es más fácil enfrentarse a cómo seleccionar los productos porque el reglamento pone en marcha un sistema que refuerza la indicación presencia de alérgenos ye esto para una población que estaá especialmente con- cienciada en evitar un determinado ingrediente u otro le va a facilitar la tarea. ¿Cuáles son los aspectos clave para las empresas que envasarán? El reglamento contiene 54 artículos y más de 20 están centrados en regular cómo vamos a dar la información nutricional. No es baladí porque el reglamento es muy for- malista. A la hora de adaptarse, no solamente se trata de que aquella empresa que antes no incorporaba informa- ción nutricional deba hacerlo, sino que empresas que ya lo hacían de acuerdo a la ley anterior, deben adaptarse a un nuevo formato. Y esta adaptación supondrá un coste a las empresas, ¿verdad? Sí, evidentemente. Deberán reetiquetar sino todos sus productos, el 90% por lo menos. Pero habrá un margen de maniobra... La norma permite unos plazos de aplicación y, desde luego, los productos etiquetados conforme a la legalidad vigente antes de la fecha de aplicación del reglamento se podrán seguir vendiendo hasta que se agoten las existen- cias. Lo que ocurre es que llegará un momento en el que habrá que adaptarse porque las normas están hechas para ello. De hecho, el reglamento permite adaptarte ahora a unos primeros temas como, por ejemplo, los alér- genos o la disposición de información. Sin embargo, para determinados aspectos del etiquetado nutricional, hay margen hasta 2016. De todas maneras, sería más costo- so hacerlo en dos veces, por eso las empresas se adap- tan de una sola vez. ¿Y ya cabrá tanta información en, por ejemplo, un en- vase monodisis de mantequilla de un hotel? No, pero partimos de la base de que ese envase no debe llevar toda la información del nuevo reglamento.. Una mo- nodosis de mantequilla o de crema de cacao se vende panorama