24 ALIMENTACIÓN Pruebas en envases con diferentes laminados barrera para loncheados. B.2. Envases activos para el control del CO2 Muchos de los alimentos que se comercializan envasa- dos generan CO2. Las frutas y hortalizas, por su natura- leza, consumen O2 y generan dióxido de carbono. Los productos tostados, como el café, una vez envasados siguen desprendiendo CO2. Para controlar esta emisión se utilizan sustancias como el hidróxido de calcio. Por otra parte, existe otra gama de productos que por su elevada humedad una vez envasados, requieren el uso de CO2 como fungicidas. Productos horneados, carne fresca o quesos, son algunos de los productos que requieren de emisores de CO2 para controlar el cre- cimiento microbiano. Ejemplos de compuestos emiso- res de CO2 son el bicarbonato cálcico y el ácido ascórbico. C. Presentar e identificar el producto Esta función engloba la función de informar y la función de vender el producto. La primera, ofrecer información al consumidor, requiere de una ampliación para informar a cualquier miembro de la cadena de distribución sobre el estado del producto. El modo de ofrecer esta información se basa en nuevas tecnologías, como las etiquetas RFID Sección de un envase autocalentable para bebidas. o los indicadores; elementos incluidos dentro de la defi- nición de envases inteligentes. C.1. Envases inteligentes Un envase inteligente es aquel que no solamente pro- tege el contenido, sino que interacciona con él: obte- niendo información del producto o de su entorno. Esta información se procesa y se presenta al consumidor. Muchos de los envases inteligentes para productos de alimentación están basados en sustancias indicado- ras, es decir, sustancias que informan del estado en el que se encuentra un producto. Un buen ejemplo son los indicadores de frescura, que revelan la calidad del producto envasado a través de su respuesta frente a alguno de los cambios que se suceden en el alimento. Este pequeño sensor reacciona con los gases genera- dos por el producto durante la reacción de oxidación, y cambia su estado inicial (generalmente cambia de color) para informar del cambio en el producto. Indica- dores termocrómicos o de humedad son otras de las posibilidades que ofrecen los envases inteligentes. La segunda, presentar y vender el producto, se con- vierte en adaptar los productos al gusto del consumi- dor. Un consumidor que cada vez más exige nuevas funciones que consigan un producto listo para consu- mir. Quizás, esta es una de las funciones más comple- jas dentro de la definición de envase, y seguramente una de las que va a marcar tendencias de mercado y retos de investigación durante los próximos años. C.2. Envases con susceptores de microondas El concepto de susceptor para microondas no es nuevo, ya que se viene utilizando desde los años 80. La función de este elemento es absorber las radiacio- nes microondas y convertirlas en calor. Generalmente los susceptores están realizados en aluminio. Por su condición de material metálico es capaz de absorber las microondas que generan un flujo de oscilaciones dentro del material. Vibraciones que se convierten en calor. De este modo, una fina capa de aluminio que puede laminarse junto al material de envase o ser de- positada por metalización al vacío, funciona como fuen- te de calor. Esta fuente de calor situada en zonas estratégicas del envase, puede generar un efecto de tostado asociado generalmente al horno. La tempera- tura que se puede alcanzar en el interior de un envase con susceptor está alrededor de los 200 °C. panorama