66 DISEÑO atención responde a mecanismos de alerta y como tales, sólo se focalizan en detectar situaciones de riesgo. Al consumidor en tránsito ya no le importa satisfacer sus gustos o deseos, sino llegar sano y salvo a su destino. Su atención ahora pasa por los movimientos, rostros y ac- ciones que sus pares realizan, intentando detectar cual- quier amenaza contra su persona que pudiera surgir. Esta aceleración de los ritmos de percepción ha logrado que los puestos callejeros o pequeños kioscos, que se nutren del comprador casual, les exija a los fabricantes de pro- ductos que sus packagings sean lo más claros y seduc- tores posibles con el objetivo de mejorar su captación, acelerar el estímulo de consumo y aprovechar al máximo el escaso tiempo que el temeroso consumidor le desti- nará al proceso de compra. Traducido a recursos gráficos, podríamos decir que sus estructuras compositivas están migrando lentamente hacia la simpleza, incorporando tipografías de mayor ta- maño y fácil lectura, y otorgándole a la imagen un alto protagonismo, pues es probada su eficacia para transmitir diferenciales de un modo inmediato. Si te he visto no me acuerdo... Otro de los cambios funcionales y estéticos que la inse- guridad produce en los packagings está vinculado a las situaciones de consumo que denominadas “sociales”. En este nuevo contexto, la integración entre las personas se ha transformado de un modo notable. Cada vez es menos frecuente encontrar amigos compartiendo hasta el anochecer una agradable charla, cerveza mediante en la vía pública, y ya son casi anecdóticos aquellos encuen- tros, con mate y bizcochos incluidos, que solían producir- se entre vecinos en las puertas de sus hogares. El vínculo hoy se da “puertas para adentro” y el consumo casual que originaba aquellos momentos se ha visto seriamente afectado. La inseguridad atemoriza, mal predispone a la gente, la lleva a ser mucho más racional y escéptica, y esas características se hacen carne en ellos al punto de trasladarlas a todas sus experiencias de vida. Es interesante observar cómo este nuevo imaginario de consumo que poco a poco se va instalando en la mente de los consumidores es adoptado por las diferentes pie- zas de comunicación, haciendo referencia a un disfrute mucho más egoísta y hermético. Antes era así, ahora es asá... La mirada negativa que la gente tiene sobre su mundo ha conducido a que las empresas no sólo reformulen sus di- seños de packs sino que, además, se replanteen el modo en que los expone. Las golosinas, cigarrillos y galletitas, por ejemplo, se ex- hiben de un modo mucho más ordenado que antes, ya que se da por sentado que el contacto entre ellos y el consumidor estará afectado por barreras físicas conside- rables. Dicho de otro modo, hoy gran parte de los comer- cios minoristas cierran sus puertas con llave a determinadas horas y atienden en pequeñas ventanas a panorama