Hay cámaras y cámaras Una cámara termográfica puede ser un “ter- mómetro” muy preciso, pero donde realmente una cámara termográfica muestra su poten- cial es en su capacidad de detectar diferencias de temperatura. El objetivo, en un primer paso, es detectar patrones de temperatura anómalos, por lo que cuanto más sensible sea una cámara, más detalles detectaremos. El NETD (Noise Equivalent Temperature Differen- ce) de una cámara es la temperatura diferen- cial mínima que es capaz de detectar. Valores de tan sólo 0,03°C son alcanzables por las mejores cámaras termográficas. La otra cara de la moneda es la resolución. Todos sabemos lo que es la resolución, acos- tumbrados últimamente a los datos técnicos de cámaras fotográficas en megapíxeles y televisiones de plasma en Full HD. Las cámaras termográficas habituales parten de resolucio- nes de 160x120 hasta 640x480 píxeles. No es sólo que la imagen se vea más detallada, sino que, la resolución, afecta al alcance efectivo de ésta. Es decir, cuanta más resolución, más alcance, más capacidad de ver objetos más pequeños y más capacidad de ver objetos más lejanos. No hay que olvidar que el alcance de una cámara termográfica es virtualmente infinito, como nuestra vista, pero la resolución de la pantalla actúa de limitante. Lo que debe quedar claro es que si ve por pantalla, ya lo estamos “casi” midiendo. El “casi” es debido a que objetos muy lejanos o pequeños pueden no “ocupar” todo un píxel, lo que derivaría en una medida aproximada, o directamente erró- nea. Pero actualmente, gracias a la tecnología SuperResolution, es posible obtener termo- grafías de un tamaño superior al de la matriz de detectores de la cámara. La SuperResolu- tion tiene su origen en la fotografía conven- cional y consiste en dos procesos: multimues- treo y deconvolución. El multimuestreo con- siste en capturar varias termografías en milise- gundos, dando lugar a imágenes ligeramente diferentes debido al pulso del termógrafo. Estas termografías se fusionan para dar lugar a una imagen 4 veces más grande con la misma resolución, o con 4 veces más resolución con el mismo tamaño. El segundo paso es la deconvolución, consistente en la eliminación de “ruido” en la imagen mediante cálculos matemáticos. El resultado es que una cámara con matriz de 160x120 píxeles, obtiene termografías de 320x240 píxeles. Y lo que es más importante, todos los valores son ‘reales’, no hay ningún tipo de interpolación. Existen muchas otras características, pero todas deben apoyarse en una NETD lo más baja posible (contraste) y una matriz de detec- tores lo más alta posible (resolución). De nada sirven una gran número de funciones, si la ter- mografía aparece “pixelada” y con poco con- traste. Imaginen un automóvil de alta gama, con todo lujo de detalles, pero con un motor El software de análisis y edición es el complemento más importante de cualquier cámara termográfica. Una cámara termográfica puede ser un “termómetro” muy preciso, pero donde realmente muestra su potencial es en su capacidad de detectar diferencias de temperatura de 60 CV. Tampoco se trata de despreciar las funciones adicionales, sino que la mayoría de ellas responden a necesidades concretas de aplicaciones específicas. Por ejemplo, un teleobjetivo que amplía la imagen unas 3 veces puede ser muy útil para comprobar líneas de alta tensión pero inútil para un fontanero que busca una fuga de agua. La función de unir termografías puede ser imprescindible para un especialista en efi- ciencia energética en edificación pero inútil para un electricista que comprueba cuadros eléctricos. La función de vídeo radiométrico puede ser muy interesante para un fabricante de placas de circuito integrado, pero carente de sentido para ver puentes térmicos. Lo que no se puede pasar por alto, algo que forma parte y no forma parte a la vez, de una cámara termográfica, es el software de análisis y edición. Aunque contra toda lógica, el artículo no ha empezado con el habitual “una cámara termo- gráfica mide radiación infrarroja electromag- nética”, sí se hace ahora necesario mencionar- lo para justificar el uso del software. El software permite “ajustar la representación” de esta radiación medida. El software hace posible cambiar la paleta de colores, el campo de temperaturas (escala), la emisividad y otros parámetros, que de hacerlo en campo nos haría perder mucho tiempo. Lo único que no puede “arreglarse” es el enfoque, por lo que se debe prestar atención en la captura. Como se puede imaginar, es imprescindible que el soft- ware sea completo y fácil de utilizar. |39