CN50 - ICandela

LA VISIÓN Es imprescindible, antes de exponer las diferentes enfermedades que afectan a la percepción del color, comprender el funcionamiento de la vista. Esta se produce mediante el funcionamiento de los conos y los bastones situados en la retina. Son células sensoriales fotosensibles encargadas de transformar el espectro de luz visible, que les alcanza en impulsos eléctricos, y transportados a través de los nervios oculares al cerebro, encargado de percibir el color. Los conos, situados en la fóvea, aportan agudeza visual al usuario además de ser los encargados de la visión fotópica, capaz de interpretar el color. Se pueden clasificar en tres tipos según el color al que son sensibles: rojo, verde o azul (R, G, B). El sistema de conos es poco sensible a la intensidad de la luz, por lo que solo desempeñan su cometido en entornos con intensidades luminosas elevadas, principalmente durante el día. Por el contrario, los bastones se concentran en zonas alejadas de la fóvea y son los responsables de la visión escotópica, capaz de percibir aspectos como el brillo y el tono. Estos son muy sensibles a la intensidad luminosa, lo que permite producirse en espacios con baja iluminación. Sin embargo, solo son sensibles al color azul del espectro, por lo que no es posible una discriminación de color (Fig. 2). LA ALTERACIÓN Aunque las personas con anomalías visuales han pasado históricamente desapercibidas, en la actualidad se están empezando a tomar medidas, sobre todo en el ámbito de diseño de interfaces y experiencias de usuario. Y es que, el 8% de la población sufre esta condición que, sin ser una afección grave, puede suponer tanto limitaciones diarias como vitales, restringiendo las posibilidades de empleo en ciertos sectores. El primer objetivo es comprender dichas anomalías, las cuales están vinculadas a una afectación de los conos. Si es congénita se conoce como daltonismo, mientras que si se produce por una afectación nerviosa o cerebral se conoce como accidental. Al poseer tres tipos de células fotosensibles, la patología puede atañer únicamente a una clase (discromatopsia) o a todas (acromatopsia). Además, esta afectación puede ser total o parcial (tricromatopsia). Comenzando por la discromatopsia, se distinguen: • Protanopia (R): ausencia de conos que son sensibles al rojo, las personas afectadas no perciben este color. • Deuteranopia (G): ausencia de conos que son sensibles al verde, las personas afectadas no perciben este color. • Tritanopia (B): ausencia de conos que son sensibles al azul, las personas afectadas no perciben este color. La tricromatopsia plantea las mismas características, pero siempre con rasgos más leves, planteando solo dificultad en la percepción, no su incapacidad. Por último, la visión monocromática o acromatopsia es una anomalía en la visión que solo permite percibir los colores blanco, negro y gris. Mientras que la primera anomalía es frecuente, esta enfermedad se considera rara, afectando a 1 persona de cada 30.000. Los afectados, además, sufren de una muy baja agudeza visual, gran dificultad de visión en condiciones de alta luminosidad, fotofobia y nistagmo. Fig. 1. Elaboración propia: Andrés Echarri Alonso. Fig. 2. Elaborado por Luis Monje. 9 AULA CD

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