ICandela_CN43

EDITORIAL Experiencia vital El mundo está cambiando… una vez más. De hecho, nunca se ha dejado de evolucionar. Pero ahora estamos inmersos en una revolución social, cuyos efectos ya se empiezan a notar y que deberían perdurar en el tiempo. La preocupaciónmedioambiental y la incipiente necesidad de contrarrestar los efectos del cambio climático es una realidad. A nivel gubernamental se están adoptando políticas para reducir los gases nocivos como el CO2 y, muy especialmente, la reducción de los residuos apostando por su valorización e, incluso, fomentando la economía circular. La pandemia, pese a que se han relajado sus restricciones, ha sido un claro detonante de que las cosas, tal y como las teníamos, debían cambiar. Hay que cuidar el planeta, sí; pero también debemos pensar en nuestra salud. Y en esta ecuación, ¿qué participación tiene la iluminación? Más de la que pensábamos. La luz solar es una fuente de energía vital que incide, directamente, en nuestro reloj biológico. De hecho, en las horas diurnas, la luz juega un papel importante en nuestro estado de ánimo, en nuestra vitalidad y, por ende, se convierte en el momento de mayor rendimiento. Mientras que el atardecer se convierte en una llamada de la naturaleza que debemos reducir nuestra actividad y prepararnos para conciliar un sueño reparador. Es lo que se denomina ciclo circadiano. Indudablemente, la luz artificial mal empleada puede provocar trastornos e incluso problemas de sensibilidad. La industria es consciente de esta realidad y, gracias a las últimas innovaciones tecnológicas, desarrolla nuevos sistemas que pretenden mejorar nuestra forma de vivir y, en especial, de trabajar. Para ello, replica e imita los ciclos naturales de la luz solar en las luminarias de interior. De este modo, la luz más blanca, la que se asocia a una mayor productividad laboral, se acentúa en las primeras horas del día; mientras que a medida que pasa el tiempo, esta iluminación se va atenuando para prepararnos para el fin de la jornada. ¿Qué se consigue? Una mayor productividad y se mejora, notablemente, el estado de ánimo de los empleados. Human Light Centric es el concepto que enmarca esta nueva realidad en el sector de la iluminación, que también se aplica en los hogares, con el firme propósito de no alterar el sistema hormonal y, en definitiva, ganar en salud.

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