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57 URBA ‘Chocolate con luz’ de Jordi Canudas fue sin duda la iniciativa 'más dulce' del festival. Este creador internacional, cuyo estudio se encuentra, precisamente, en Barcelona, aunque tiene obras expuestas en el MoMA de Nueva York, expone en Llum BCN la tradicional asociación de la luz y el calor. En dos puntos ambulantes se encontraba el chocolate, mientras un foco de gran potencia lo iba derritiendo. Esta afectación de la luz en la materia se proyectaba en unos grandes paneles, mientras que el chocolate fundido pudo ser degustado por los asistentes. ‘Dialogar’ de Raúl Goñi invitaba a reflexionar sobre la importancia de la comunicación como fuente para la resolución de conflictos o la capacidad de generar debate. Esta obra estaba formada por dos grandes lenguas inflables que reposaban sobre el edificio de la Casa de las Letras y que se iluminaban en función del número de personas que accedían al recinto. Cuanta más gente, más se iluminaban. El efecto que el calor proyecta desde el potente foco sobre chocolate, es parte de la propuesta de Jordi Canudas, una de las iniciativas ‘más dulces’ del festival. Dos grandes lenguas en la fachada de la Casa de las Letras, cuya luz aumentaba de intensidad en función del número de visitantes, como oda a la importancia de comunicarse y dialogar.

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