2017 ARQUITECTURA E INGENIERÍA 61 En el campo de las estructuras aparecen nuevas fi- guras que podríamos llamar ingenieros proyectistas. Entre ellos, el más visible es Pier Luigi Nervi, con sus estructuras nervadas, herederas de la investigación de hormigón pretensado de Freyssinet en 1928, que realizó el Palazzo del Lavoro en Turín 1961, o Ricardo Morandi, probablemente el primer ingeniero decons- tructivista, con su Hall subterráneo del Valentino Park, construido en Turín en 1960. Cabe mencionar a Félix Candela, con sus finas membranas de hormigón que reproducen geometrías regladas y que nos legó el relevante texto “Hacia una filosofía de las estruc- turas”, o bien Eladio Dieste con sus bóvedas de piezas cerámicas, experimentación que Guastavino convir- tió en patentes que hoy aún perduran. La fructífera relación entre ingenieros y arquitectos ha supuesto la mayor revolución tecnológica y constructiva de todos los tiempos Colaboración entre arquitectos e ingenieros a lo largo del s.XX LE CORBUSIER / 1887 - 1965 LA UNIÓN HACE LA FUERZA Tampoco podemos olvidar las aportaciones de Eduardo Torroja, que sofisticó la construcción en hor- migón y, más allá del célebre problema de la fluen- cia en el Frontón de Recoletos, nos ha dejado textos como “Razón y ser de los tipos estructurales”. Torroja afirmaba que con la sola imaginación no se puede construir una gran obra, ya que precisa de la razón, de la misma manera que tampoco es posible asumir- la por un proceso deductivo todo lógica y determinis- mo, anunciando así la necesaria convergencia entre dos aportaciones que han de ser complementarias y que nos llevarían a analizar los casos de influencias mutuas entre arquitectos e ingenieros. Podríamos citar a Le Ricolais, que tanto influyó en Le Corbusier, por sus investigaciones de estructuras na- turales, fascinado también por el Pont Garabit de Eiffel de finales del siglo XIX. Y también podríamos aludir a la relación entre Walter Gropius y Konrad Wachsmann para prefabricar casas para construir en siete días o bien la del ingeniero Fazlur Khan que, a los 60 años, planteaba cubiertas rígidas colgadas de cable curvado de hasta 304 m de luz, y que en el año 1077 construyó el extraordinario aeropuerto de Jeddah, consistente en textiles tensados por cables y quien diseñó una estructura bitubular para edificios en altura muy em- pleada por SOM en múltiples realizaciones. Carlos Fernández Casado señalaba en “La arquitec- tura del Ingeniero”, la liberación de la obsesión por el cálculo, gracias a los nuevos métodos matemáticos y al progresivo uso de los ordenadores. Este ingeniero “liberado” podría, según él, establecer zonas comu- nes con la arquitectura para conseguir una colabora- ción más eficaz y refundar la esencia de la profesión, al abrir el campo de experimentación a procesos que intervienen durante la ejecución de la obra. Javier Manterola, titular en la actualidad del estu- dio de Carlos Fernández Casado, nos transmitía una posición más pragmática. Después de un período de colaboraciones con arquitectos como Javier Saenz de Oiza, Rafael Moneo o Vazquez Molezún, orientó su interés hacia su propia disciplina, en especial ha- cia los puentes, “aquellos que vencen al diablo”, y que él admiraba, como es el Firth of Forth de Esco- cia, que conjuga proeza técnica con la transforma- ción del lugar, lo que nos daría pie a significar casos de fructífera relación entre ingenieros y arquitectos, como el Pont de Millau del 2004 entre Michel Virlo- geux y Norman Foster. Y ¿cómo se pueden entender las mejores obras de Louis Kahn sin las aportacio- nes del ingeniero August Komendant? Obras como la biblioteca Phillips Exeter el año 1972 o el Museo Kimbell, entre otras, en el que Komendant concibió el sistema estructural de arcos cicloides en sentido transversal que permitían la entrada de luz cenital LE RICOLAIS / 1894 - 1977