52 PROTAGONISTA 026 CD Bastan unas palabras con el arquitecto para que aflore esa sensibilidad por el arte, la literatura y la música, pilares básicos de su obra. Redacción iCandela: Si yo le digo “En un grano de arena ver un mundo, y en cada flor silvestre un pa- raíso. Vivir la eternidad en una hora, sostener en la palma el infinito”... Alberto Campo Baeza: Que lo dice más claro y mejor que yo William Blake en ese poema. RiC: La poesía y la arquitectura ¿son dos artes que caminan de la mano? ACB: Sí, claro, ambas exigen la máxima precisión. RiC: ¿Alguna vez una obra musical le ha inspirado arquitectónicamente? ACB: Bach, todo Bach, y nada más que Bach. RiC: Podría desarrollarnos una de sus máximas “Sin luz no hay arquitectura”? ACB: Digo que sin luz no hay arquitectura, de la mis- ma manera que sin aire no hay música. RiC: Y las sombras, ¿qué papel juegan dentro de la arquitectura? ACB: “Sub umbra alarum tuarum” (“Bajo la sombra de tus alas, protégeme”), nos dice la Sagrada Escritura. RiC: ¿Es cierto que algunos de los empleados de la Caja de Granada se conmovieron al contemplar por primera vez su edificio? ACB: Sí, es cierto. La luz llega a nuestra alma de una manera inefable. RiC: En su libro “Quiero ser arquitecto” señala que el arquitecto “es un creador, un pensador, un artis- ta, un técnico, un constructor...” pero también “un médico, un cocinero y un poeta”. ¿Volvería a ser arquitecto en otra vida? ACB: Sí, ¿cómo no? RiC: Respecto a la precisión quirúrgica que exige la arquitectura, algo que tanto admira de su pa- dre y que tan presente está en su obra, rigurosa, intensa, de geometría pura... Los diseñadores de iluminación ¿deben ser buenos ‘cirujanos’ tam- bién, demostrar esa fuerza? ACB: Absolutamente. RiC: Usted subraya que la luz artificial ha de res- petar la luz natural. Esto es algo que se respira en el conjunto de la obra de Alberto Campo Baeza. ¿Cuál es la mejor manera de equilibrar la ilumina- ción artificial y la natural? ACB: Todavía no lo sé, pero sigo intentándolo. RiC: La iluminación arquitectónica debe estar des- pejada, desnuda y utilizarse, en palabras suyas, como “un material”. ¿Puede hablarnos de la “ma- terialidad” de la luz? ACB: Newton habla mucho mejor que yo, de la natu- raleza corpuscular, material, de la luz. RiC: Muchas de sus obras muestran una aparente sencillez, que no simplicidad. ¿Es una manera de intentar lograr la valoración del espacio de forma más directa? ACB: Por supuesto. RiC: Llegar a la depuración en la creación de un objeto, edificio... es algo tremendamente difícil. ¿Su proceso creativo se podría calificar de “com- plejo” frente a los resultados que consigue? Por favor, desvélenos algo más sobre su manera de trabajar. ACB: Tiempo, tiempo, tiempo. Trabajar, trabajar, trabajar. RiC: Aunque suene a tópico, ¿menos es más? ACB: Sí. RiC: ¿Qué opina de la tecnología y de su relevan- cia frente la arquitectura? ¿Y en la iluminación? ACB: La tecnología ayuda, y mucho. RiC: Es Catedrático de Proyectos en la Escuela de Arquitectura de Madrid, ETSAM, en la que ha sido profesor durante más de 35 años, además de haber impartido clases y conferencias por todo el mundo. ¿Cómo cree que está planteada la disciplina de la iluminación en la carrera de Arquitectura? ¿Cuál es su interés por ellos, en particular, y por los pio- neros de la arquitectura contemporánea, en general? ACB: Son, hablando de arquitectura, nuestros cimientos. RiC: ¿Qué tal se lleva con los diseñadores de ilu- minación? ACB: Una relación mejorable. RiC: Entre otras virtudes, hemos oído que logra que sus clientes se conviertan en sus amigos, lo cual supone una complicidad positiva durante todo el proceso de proyecto y ejecución –y entendemos que un valor añadido–. Pero en este proceso, ¿cuál es su relación con otros temas más arduos como la normativa? ¿Son un corsé para su arquitectura? ACB: Procuro, aunque no lo parezca, cumplir la nor- mativa escrupulosamente. RiC: Asimismo, sus clientes ¿dan importancia o remarcan los aspectos lumínicos cuando le encar- gan un proyecto? ACB: Nunca. RiC: La Casa Gaspar, la Casa de Blas o la Turégano, entre otros aspectos, tienen un denominador en común: presupuestos ajustados. ¿Cómo podría- mos obtener unos resultados similares en el cam- po de la iluminación? ACB: Con la máxima economía de medios. RiC: ¿Cómo ve el futuro de la arquitectura? ACB: Con mucho optimismo. RiC: ¿Y el suyo? ACB: Con mucha paciencia. RiC: Hemos leído que posee más libros de poesía y literatura que de arquitectura... Nos puede re- galar una cita poética con la que poner el broche final a esta entrevista, por favor? ACB: “Hágase la luz”, y la luz fue hecha. Del mejor poeta. ACB: Mejorable. RiC: Al hilo de esta cuestión, ¿qué diferencia hay entre aprender arquitectura, enseñar arquitectura y hacer arquitectura? ACB: Todo es lo mismo. RiC: Valladolid, Cádiz, Madrid, Nueva York, Zúrich... La luz, ¿Dónde es más intensa, mágica? ACB: El sol se levanta cada mañana igual para todos. RiC: Adolf Loos (Raumplan), Le Corbusier (La boîte a miracles) están manifiestamente presentes en su obra.