22|APUNTES Fotografiar (con) luz Créditos > Texto y fotografías: Víctor Jordá Bordoy La luz es la razón de ser de la fotografía. Etimológicamente, la palabra fotografía significa “dibujar o escribir con luz”. Este pasado mes de abril hemos celebrado la 3a edición del Concurso Internacional de Fotografía con Luz Artificial (ICAL por sus siglas en inglés), organizado por El Taller de Estudios Lumínicos de la Escuela Superior de Arquitectura de Barcelona – UPC y la revista iCandela, cuyo objetivo es premiar el uso de la luz en la fotografía a la hora de crear emociones y explicar los espacios arquitectónicos. En este artículo, hemos creído conveniente profundizar en el tema y analizar este fenómeno. Alo largo de la historia, el ser humano se ha visto atraído por la luz. Por este motivo, en la medida que los medios y las tecnologías lo han posibilitado, hemos sentido la necesidad de reproducirla, capturarla, representarla... Asimismo, en determinados periodos históricos también se ha atribuido a la luz muchos simbolismos de divinidad, pureza, claridad, destino o sabiduría. Se trata de un elemento esencial en nuestras vidas, que no solo posibilita nuestra percepción del entorno y nuestra relación con el mundo, sino que es capaz de hacernos sentir emociones y fomentarnos conductas y estados de ánimo. Así pues, esa innata atracción hacia la luz nos ha llevado a querer representarla de muchas maneras: desde las pinturas rupestres, pasando por los grabados, las distintas técnicas de pintura, la cámara analógica y, finalmente, la cámara digital. El papel de la luz en la fotografía puede ser determinante a la hora de expresar ciertas emociones, aún sin ser el objeto fotografiado. Por ejemplo, podemos acentuar los rasgos de una persona si, al fotografiarla, hacemos que la luz no provenga de frente, sino desde un lado. De este modo, crearemos una serie de claroscuros que dotarán al retrato de un cierto dramatismo y volumetría. La cantidad de luz puede generar algunos sentimientos connotativos en