23|APUNTES APRENDIENDO ARQUITECTURA características técnicas acordes con los efectos que él desea crear (flujo, direccionalidad, temperatura de color, índice de reproducción cromática, regulación...). Por ese motivo uno de sus cometidos es mantenerse informado de las novedades de los distintos fabricantes y saber dónde acudir en cada caso. Los fabricantes a su vez se encargan de diseñar las luminarias, componentes (drivers, ópticas, filtros) e incluso las fuentes de luz en algunos casos. Se deben nutrir del conocimiento y la práctica de buenos ingenieros y diseñadores de producto, que sepan rentabilizar al máximo las posibilidades de la luz mediante el diseño de ópticas, reflectores, carcasas... Si bien anteriormente el fabricante trabajaba más de cara al usuario final, la tendencia es que cada vez su cliente final pase a ser más bien el arquitecto y el lighting designer. Por ese motivo éstos son los sujetos a los que deben seducir con sus productos y a quien ponerse a disposición para resolver dudas y sugerencias. Finalmente, una vez escogido el producto, el instalador pasará ese proyecto del papel a la realidad. Sin embargo suele ser en muchos casos un olvidado del proceso, cuando sin él no sería posible terminarlo. En algunos casos esto se debe a errores u omisiones en la fase de diseño, en la que por ejemplo puede no haberse pensado suficiente en la forma de montaje de las luminarias, en las características de los materiales en los que se van a adosar, en el tamaño de sus componentes, así como en su mantenimiento. En otros casos es el fabricante el que ha priorizado más los acabados, la estética o el rendimiento del producto, dejando la facilidad de montaje en un segundo plano, convirtiéndose, pues, en algo complicado o engorroso. Afortunadamente estamos observando de forma muy reciente una nueva tendencia. Mucha de la última publicidad que los fabricantes han hecho de sus nuevos productos recae en la facilidad con que éstos pueden ser montados, demostrando que por fin se está dando importancia y voz al instalador. En la práctica está siendo un hecho que ha causado que en muchos proyectos se haya acabado optando por unos productos en vez de por otros. Es una forma tanto de asegurar economía, ya que un montaje rápido y cómodo requiere de menos tiempo y menos herramientas, como de reducir riesgos de malos acabados, ya que un producto difícil de montar puede acabar dañando los revestimientos de la obra. El instalador, que es el profesional encargado de pasar el proyecto del papel a la realidad, suele ser en muchos casos un olvidado del proceso, cuando sin él no sería posible terminarlo