playa. Destacaron los pocos puntos de luz y la iluminación tan tenue y agra- dable que se había conseguido pero, sin duda, lo interesante de la conver- sación fue que lo que destacaron del proyecto fue que cuando caminaban por él podían oír el mar, porque el efecto de las bóvedas que diseña- mos tiene efecto de concha y el agua rebotaba en ellas haciendo resonar el sonido del mar. Fue una anécdota curiosa. Pero, no podemos olvidar hablar de Xavier Martí al describir este proyecto. Con él quisimos diseñar una concha lumínica, es decir a partir de muy pocos puntos de luz, conseguir que en la estructura se rebotara y se esparciera por todo el espacio. ¿Entonces, la mejor forma de iluminar la noche es hacerlo con poca luz? La noche puede iluminarse según las necesidades. Según si es un festival de música rock o crear un ambiente íntimo para una velada entre dos personas. Pero yo creo que un buen punto de partida es utilizar poca luz, consiguien- do un gran efecto. A mí personalmen- te, me gusta mucho la antorcha y la luz que ofrece a la hora de iluminar la noche. Nosotros en Menorca tenemos una casa que no tiene recursos ener- géticos y allí utilizamos muchas velas. Allí es donde tengo una concepción de que es el lugar donde mejor estoy, en cuanto al aspecto de iluminación se refiere. Supongo que como no la tengo, la valoro más. En cualquier caso, creo que se puede responder a la pregunta con la frase, “Con poco, conseguir mu- cho”, es decir, un sistema lumínico con pocas fuentes de luz pero que tenga un gran rendimiento. En Barcelona, me ha parecido muy interesante la iluminación navideña de la Avenida Diagonal, por- que con pocos leds ha conseguido un resultado de gran efecto, que remitía a un mundo simbólico. ¿Cómo cree que está planteada la disciplina de la iluminación en la carrera de Arquitectura? Cuando yo estudiaba existía la asig- natura de Luminotecnia que era tri- mestral y ahora no existe. La verdad es que aunque fuera poca materia en relación con toda la carrera, a mí me sirvió mucho. También tuve una que se llamaba Electrotecnia que era necesaria para saber los puntos de electricidad en una obra, que me sirvió básicamente para no elec- trocutarme (risas). Además de los aspectos técnicos de la luz, hay una parte sobre cuáles son las condicio- nes para iluminar un edificio que no sé si se estudian. Estaría bien que hubiera una optativa sobre ilumi- nación para que todo aquel que le interese pudiera cursarla. Como catedrático de proyectos de final de carrera en la Escuela de Arquitectura, ¿hay algún trabajo que pueda explicarnos donde des- tacara la parte lumínica? El año 2014, cuando ya dejé mi cáte- dra, realicé mi última lección inaugu- ral titulada “50 años en 50 minutos” en la que destaqué varios proyectos realizados por alumnos. Uno de ellos fue uno de una iglesia que había sido iluminada por Iván Pomés que cons- truyó una maqueta de este edificio y Proyecto Paseo Marítimo de Benidorm. PROTAGONISTA|55 la iluminó de una manera absoluta- mente genial. Tuvo una manera es- pectacular de despertar emociones a través de la luz que diseñó para ella, de manera que no veías otra cosa que no fuera eso. Y mira que la maqueta no estaba perfectamente construida, pero la iluminación eclipsaba cual- quier otro factor o elemento. ¿Puede hablarnos de lo que fue su tesis doctoral y de todo aquello que la separa en el tiempo y en la forma con la que ha realizado ahora su hijo Borja Ferrater? No tienen nada que ver. Mi tesis era un desastre comparada con la de Borja. La mía la hice con muy pocos medios, rá- pidamente y obligada por un encargo, el “Pacto de Sant Gervasi”. Los catedrá- ticos de la Arquitectura del momento, de los cuales algunos ya no están con nosotros, nos convocaron para pedir- nos que realizáramos una tesis y nos ocupáramos de la enseñanza de esta disciplina. Querían que los mejores arquitectos activos de Barcelona nos encargáramos de formar a los alumnos y transmitir nuestros conocimientos. De