23|APUNTES APRENDIENDO ARQUITECTURA Créditos > Texto y fotografías: Víctor Jordá Bordoy la mayor parte de los casos ha sido una pérdida considerable de clientela que, sin ser consciente de por qué, ha dejado de elegir ese lugar para compartir una cena o una velada en compañía de amigos o familiares. La causa es que la luz neutra o fría es harto menos atractiva que la cálida. Imaginemos la terraza del cuadro de Van Gogh representada en blanco en vez de amarillo. ¿Nos darían las mismas ganas de sentarnos en ella? Las temperaturas de color neutras- frías nos ayudan a mantenernos en estado de alerta, de atención, de concentración, de análisis. Es por eso que resultan muy útiles en lugares de trabajo. Por el contrario, no nos van a ser de ayuda cuando lo que queramos es tener una conversación agradable con un ser querido o disfrutar de un rato de desconexión y distensión entre buena comida, bebida y amigos. Una luz fría nos hará huir despavoridos. Comodidad visual y contrastes de luz En la primera década de los 2000 se puso muy de moda la luz direccional en restaurantes, tiendas e incluso en viviendas. El producto estrella fueron las lámparas halógenas tipo QR, que además de estéticas, creaban unas bonitas manchas de luz en mesas, paredes, cuadros u objetos. No obstante, en los últimos años esta tendencia ha desaparecido. El motivo es que, pese a proporcionar una luz cálida y crear atmósferas “mágicas”, este tipo de iluminación conlleva unas diferencias de luminancias muy altas. Esto significa que en un espacio unos paramentos concretos (una zona de la pared, la superficie de la mesa...) reflejarán mucha más luz que otros, que quedarán especialmente oscuros. En estas circunstancias nuestro ojo se tendrá que adaptar constantemente para regular el flujo de luz que llega a la retina, y eso inconscientemente nos causará fatiga. Ante un restaurante con luz excesivamente puntual, en primer momento encontraremos una atmósfera muy romántica e íntima, pero tras un rato dentro, a pesar de estar disfrutando, inexplicablemente estaremos esperando el momento de marcharnos. Por el contrario, una iluminación demasiado uniforme nos induce al aburrimiento y a la falta de interés. La solución, pues, en este caso pasará por el equilibrio, por el combinar luminarias de sobremesa o de pie que aporten una luz más difusa con otras cenitales que acentúen ciertos objetos o zonas. Como se puede comprobar, el mundo de la iluminación es apasionante y está lleno de aspectos que sin duda influyen en nuestro día a día. Esta vez hemos desvelado algunos secretos en cuanto a maneras de iluminar en restaurantes, pero aún queda mucho por aprender... Os invitamos a descubrirlo.