66| CUADERNOS que la de los corales es de 14000K, realizada con mucho cuidado para preservar el proceso de la fotosíntesis. Tal y como explica Patrici Bultó, Bió- logo y Director Técnico de L’Aquàrium Barcelona, aunque hay otros centros marítimos en otras partes del mundo, “en España es un proyecto pionero” lo que aún otorga una mayor importancia a esta iniciativa lumínica estrechamente vinculada con la naturaleza y necesiad- des de las especies marinas. Pero, además de beneficiar a las especies marinas, la tecnología de las nuevas lámparas instaladas reduce considerablemente el gasto energético y, por consecuencia, la huella ecológi- ca. Ésta se ha recortado hasta 334.554 toneladas (de dióxido de carbono) al año. La durabilidad (50.000 horas apro- ximadas) de estos modelos también contribuye en este sistema sostenible, ya que su larga vida útil evita la cons- tante generación de residuos. En total, además de que está previsto conseguir mejoras para las especies que cohabitan en el acuario, el nue- vo sistema de iluminación reducirá el consumo energético en 221,675 kW de potencia y en 836.385 kWh/año. El nuevo sistema de iluminación ha tenido en cuenta las características de los hábitats naturales de cada especie, con el objetivo de satisfacer las necesidades funcionales y conseguir la mejor atmósfera para los animales El nuevo sistema de iluminación en cifras Este centro especializado en animales acuáticos de la ciudad condal, que fue inaugurado en 1995, abre al público un total de 7.300 días y recibe más de 30 millones de visitas anualmente. En sus diferentes acuarios y peceras cuenta con más de 11.000 especies que consumen unas 14 toneladas de comida cada año. Aunque su consumo energético se reduce considerablemente durante la franja horaria nocturna, por las grandes dimensiones del edificio y por sus complejas instalaciones técnicas, L’Aquàrium Barcelona precisa de un sistema eléctrico que permita un ahorro en los gastos de electricidad. En este sentido, la nueva iluminación consigue re- ducir la factura energética en un 70%, repartido entre consumo eléctrico, potencia y matenimiento. Esto supone que la huella ecológica menguará hasta casi 335.000 toneladas y que el consumo de energía se reducirá en unos 840.000 kWh/año.