54| PROTAGONISTA tú haces una casa en una ciudad estás poniendo un diente en una dentadu- ra. Primero miras que sea armónica, que cumpla un uso, según si es molar, premolar, incisivo... Pero si pones un diente de oro, aunque sea muy bonito puede quedar de nuevo rico o incluso de pirata. Es decir, no puedes hacer un diente como quieras para una de- terminada dentadura, ni tampoco una casa en una ciudad concreta. Cuan- do la haces de nuevo tienes libertad para crear pero no puedes hacerlo a tu libre albedrío. Si ya está construí- da, esto ya lo tienes, sólo tienes que consolidarla y ayudar a que siga este paisaje. El reto está en rehabilitar los pueblos y su paisaje, no simplemente en el aspecto folklórico sino en toda su naturaleza. De noche la luz es muy democrática. Si vas en avión, puedes observar una radiografía perfecta de la ciudad, donde las calles están todas igual de iluminadas. Pero durante el día, la arquitectura no muestra este mapa perfecto en los edificios. Cuando les encargan un proyec- to, ¿en qué momento se empieza a hablar de la iluminación que se instalará? ¿Trabajan con espe- cialistas o colaboran con algún estudio que se encargue de este tema? La iluminación no es un sello que se le pone a la carta sino que es un ingrediente más de ella, a veces es protagonista y a veces no tanto. Hay proyectos en los que la luz es básica y otros en los que es importante. Cuando empezamos a trabajar, no existían todavía los lighting designers como especialistas. El arquitecto nor- malmente trabaja la luz natural pero no la artificial. Hay un cierto desprecio desde la arquitectura hacia la luz arti- ficial. Yo tuve la suerte de tener como profesor durante la carrera a Federico Correa que más que por su capaci- dad de dar información, fue increíble su capacidad de dar formación y eso despertó en mí muchas inquietudes, sobre todo la capacidad de pensar. Yo siempre he hecho arquitectura desde el interiorismo. Para hacer las cosas con sentido común tienes que trabajar lo que se puede percibir con los sentidos. Si tra- bajas siguiendo esta premisa, no hace falta que hagas mucho más, sólo tra- bajar para la gente y para la ciudad. Esto conformaba muchas cosas, entre ellas la luz. Desde este punto de vista, la trabajábamos desde la propia raíz. En el proyecto va saliendo de forma natural y con sentido común dónde tiene que ir la luz. Viajar por todo el mundo en este sen- tido es muy útil. Me sorprende cómo la gente utiliza la luz artificial en otros países. Por ejemplo en sitios como Argelia o Marruecos es descomunal- mente altísimo el nivel de luz que se emplea, muy blanca y muy fea, porque la temperatura de luz cálida la asocian a la pobreza. En Italia tam- bién me sorprende porque se come fantásticamente bien pero hay muy poca tradición de luz. “Al hacerse más medible, la normativa que gira entorno a la iluminación ha conseguido que se pierda libertad a la hora de trabajar con la luz” Museo de la Música, en el Auditorio de Barcelona