52| PROTAGONISTA Centre Cultural Born (Barcelona) “Siempre recomiendo tres cosas a un profesional: que no se canse de mirar, que no se harte de dudar y que no se harte de escoger. Si se hace esto y se piensa en las personas, se puede diseñar un proyecto de iluminación sin problemas” puedes ocultar cosas que no quieras. Esto pasa en las casas también. ¿En las casas? Normalmente en las fachadas de las casas que se iluminaban mucho en la ciudad eran las que tenían un valor dentro. Muchas que no lo tenían, la gente las iluminaba igualmente para que pareciera que lo tuviera. Esto no tiene mucho sentido. Es como si alguien se vistiese de forma elegante para aparentar ser una persona im- portante. En la ciudad se puede ver en según qué edificios. A veces se utiliza la luz como una capa de expresividad cuando el edificio ya está hecho arqui- tectónicamente para acoger la luz y las sombras del día. Los arquitectos han hecho esto siempre, en todas las etapas históricas. Cuando se hace una fachada, además de marcar los contornos, se dan unos soportes para que la luz y las sombras aparezcan de una determinada manera. A mí cuan- do me preguntaban hace años qué quería ser siempre decía, “Arquitecto y si no, hacedor de sombras”. Si haces las sombras bien, lo sabes todo. Una sombra es vital para vivir. Y en un restaurante o espacio gas- tronómico, ¿cuál es la luz idónea para los clientes? En un restaurante hay tres cosas claras que tienen que estar bien ilu- minadas. Una es el plato, la luz debe despertarte interés por lo que estás comiendo. Otra es la persona que tie- nes delante o al lado. La luz tiene que favorecerla, tiene que ser agradable porque a la gente le gusta ir a los si- tios y sentirse guapa. La tercera es el sitio donde está, que es tan importan- te como la comida o la compañía con la que estás. Tienes que hacer que la gente tenga una estancia memorable, que se acuerde de él. Por eso tiene que tener un tratamiento especial. Hace unos años hicimos el Restau- rante Pan de Lujo en Madrid que tenía muchos de estos ingredientes. El local era muy complejo de solucionar por- que había muy poco espacio. A mí no me gustan las luminarias colgadas del techo porque a veces cogen un prota- gonismo desmesurado. Me interesaba