14|AULA cd La clasificación actual de las luminarias responde a criterios de distribución del flujo como la clasificación del CIE o a su posicionamiento en el espacio, como la de la mayoría de los fabricantes. Mien- tras, los críticos de diseño se esfuerzan en hacer clasificaciones según el estilo o la estética del objeto. No existe ninguna clasificación desde el punto de vista de la arquitectura y considerando los efectos lumínicos que producen en el espacio, por lo que considero necesario plantear un clasifi- cación de las luminarias atendiendo a la forma de distribución de la luz y a los efectos que produce en el espacio. Esta clasificación pretende comple- mentar las existentes, aportando un nuevo aspecto necesario a la hora de escoger el producto más adecuado para la iluminación de un espacio. Tendrá en cuenta dos aspectos: la forma de distri- bución del flujo lumínico en el espacio que se organiza en cinco grupos princi- pales y ocho subgrupos, según los materiales empleados y teniendo en cuenta su afectación respecto del color de la luz de las lámparas y sus implica- ciones en el espacio. (La Tabla 1 recoge de forma resumida la clasificación propuesta.) 1. La difusión translúcida Las primeras fuentes de luz eran llamas luminiscentes de gas, aceite o petróleo que emitían una luz intensa en todas las direcciones (excepto hacia abajo) y que producían un fuerte deslumbramien- to a la visión directa. En las primeras luminarias se controlaba este fenómeno mediante pantallas o filtros envolventes que concentraban o dispersaban la luz puntual de la lámpara en el espacio. Estas primeras envolventes de la llama o de la lámpara eléctrica han conferido a las luminarias características singula- res según los materiales empleados, la forma, el color, la opacidad, la textura, etc. Según cómo sea esta envolvente, la luminaria producirá una iluminación en el espacio de dos formas claramente diferenciadas: mediante el fenómeno de Tabla 1 la difusión translúcida y el de la difusión controlada por formas ópticas. La difusión translúcida consiste en interponer una superficie envolvente que oculta la visión de la lámpara y difumina el flujo lumínico en todo el espacio; como si se tratara de un amplificador superficial de la fuente luminosa. La superficie envolvente tiene una medida más grande que la lámpara y un grado de transparencia no demasiado elevado, lo que reduce la luminancia de la luminaria y, por tanto, el deslumbramiento que provoca. Este tipo de luminarias las agrupare- mos, a su vez, según el tratamiento de la superficie envolvente en luminarias de envolvente translúcido sin decorar y luminarias de envolvente translúcido decorado. Es importante esta distinción