Pienso que el ser humano entendió inicialmente la iluminación como una herramienta para no tropezarse con las cosas en los espacios, pero hoy en día se concibe como algo mucho más amplio. Es un lenguaje que te envuelve, que te emociona... en decir que la luz es futuro. Creo que el sector de la iluminación nunca va a ir atrás. Pronto se presenta el OLED lo que quiere decir que este campo se está democratizando. El futuro de la ilumi- nación lo veo óptimo y creo que no va a parar. De joven se me pasó por la cabe- za estudiar Informática mientras hacía Diseño industrial y estuve dos años. Durante ese tiempo, le decía a mis padres que lo iba a dejar porque lo que aprendía no me servía de nada al cabo de un año. Igual pasará con la disciplina de la luz, evoluciona tanto que siempre será pasado, presente y futuro. Y respecto a tu futuro profesional, ¿hay alguna novedad o algún cam- po de trabajo diferente en el que te gustaría embarcarte? Puedo afirmar que me siento sumamen- te afortunado porque estoy haciendo las tres disciplinas que más me gustan a la vez: arquitectura, interiorismo y diseño de producto. Y en un futuro, me gusta- ría seguir así. Tengo mucha inquietud y me encanta que la gente que colabora conmigo quiera seguir creciendo, pero no sé dónde nos a llevar eso. Recien- temente hemos abierto un despacho en Colombia, algo que no pensaba ni por asomo. Y ahora estoy pensando en abrir otros, aunque no sé dónde. En estos momentos, trabajamos muchas tipologías de proyecto: centros de con- venciones, grandes espacios hoteleros, importantes proyectos residenciales, diseño de productos de muebles, de zapatos, de grifos... Muy dispares. Para mí el atractivo es que haya algo nuevo, donde no estamos viciados por cosas que hemos hecho anteriormente. Es como frescura para el despacho que puede romper cualquier idea preconce- bida. ¿El qué? Pues no lo sé. Me pueden pedir el diseño de una taza o una esta- ción aeroespacial y a ambas diré Wow!. Me gustarán porque son diferentes. ¿Qué es la luz? ¿Y la sombra? ¡Ufff! ¡Se me va a poner la piel de galli- na! (risas). Para mí la luz es emoción, es un estado anímico, lo es todo. Recuerdo a mi profesor de iluminación en Milán que en la primera clase dijo una frase que yo siempre utilizo cuando hablo so- bre la luz: “Si tienes una moneda para invertir en un proyecto, gástatela en el foco adecuado”, aunque pintes todo lo demás de blanco. Para mí la luz es un arte que genera muchas sensaciones. ¿Hay algún/a Lighting Designer que admires especialmente? Muchísimos, pero como referentes ten- go a Antoni Gaudí y cómo trabajaba la iluminación y cómo incidía sobre todo en la iluminación natural en sus obras. Creo que es un gran exponente en ese aspec- to. Después, por ejemplo, Le Corbusier con esos equipos interdisciplinares con los que trabajaba. Pero contemporáneos también hay muchos, como Ross Love- grove, del que me gusta mucho cómo aborda la luz y cómo le da ese punto futurista siendo pionero en ello. Algún proyecto de iluminación que te gustaría realizar en un futuro. Una escenografía para un teatro. Me encanta el teatro y creo que donde mejor se puede manejar la luz es en una escenografía y... ¡Otra vez se me pone la piel de gallina! Es un escenario estático, completamente diferente al del cine y es impresionante cómo genera e influye en los sentimientos de las perso- nas. Para mí el proyecto de escenografía de un teatro sería fascinante y algo con lo que aprendería muchísimo. Creo que ahí está el verdadero experto en ilumi- nación. Es donde está presente la luz, la sombra y la penumbra, que a mí me gusta más que las otras dos. De tu carrera, ¿cuál ha sido tu ma- yor reto? Me lo encuentro cada día. Cuando hay un cliente que no tiene esa sensibilidad por la luz y consigues hacerles entender la importancia que tiene en un pro- yecto. Muchos clientes no se la dan, ni en proyectos grandes ni en pequeños. Normalmente, en el 99% de los casos, tenemos clientes fieles que repiten con nosotros y hemos visto cómo ha evolu- cionado su visión sobre la importancia de la luz. Cuando en un principio ni se preocupaban por estos conceptos, en los siguientes proyectos han preguntado “¿Cómo lo vas a iluminar?”. Se sienten enamorados por esa parte. Ése es el reto: que el cliente tenga esa sensibili- dad por la iluminación. Que no sólo se preocupe por cómo trabajas el volumen, el espacio, los colores o las texturas sino que también te pregunte por la luz. ¿Cómo es trabajar en México? En los 5 años que llevo trabajando aquí, México ha evolucionado a pasos agi- gantados. No me gusta compararlo con otros países pero camina hacia delante enormemente. Para mí es un país que me ha tratado maravillosamente, me siento muy contento con la idiosincrasia del país. Aunque yo también vine con mucho respeto: a aportar valor, no a enseñarle nada a nadie. Es un país muy complejo, pero positivamente. Tiene mucha influencia de los Estados Unidos pero también de toda América Latina y, por lo tanto, hay una competitividad brutal. Hay muy buenos despachos y profesionales, con resultados extre- madamente óptimos. Eso a mí me ha ayudado a ser creativo, a superarme continuamente con mi equipo, a ser me- jor profesional y eso me seduce muchí- simo porque es el reto del día a día. Si hubiera montado una oficina en el polo norte hubiera hecho un iglú fantástico pero... ¡Hubiera hecho uno y se acabó! (Risas). En México hay muy buena com- petencia. Los grandes despachos, tienen filiales aquí, se hace muy buena arqui- tectura y aunque para mí es una parcela muy complicada, si te haces el hueco, te puede llegar a ir muy bien. Por suerte, a nosotros nos va sensacional. PROTAGONISTA|61