AULA cd|15 LA AUSENCIA DE UN LENGUAJE DISCIPLINARIO DE LA ILUMINACIÓN PAINTING, LIGHT AND MOVEMENT Texto. Dr. Adrián Muros Alcojor La iluminación como disciplina es tan reciente que aún no ha consolidado un lenguaje propio, suficientemente rico y preciso para definir y expresar tanto las intenciones de un proyecto lumínico como las sensaciones o emociones que queremos transmitir con nuestra obra y las que finalmente sentimos como observadores. Sin duda el uso de referencias y de ejemplos para transmitir estos significados es la herramienta más utilizada y válida, que nos ayuda a través de una o varias imágenes “precisas” a la definición de la idea propuesta. No sin ciertos riesgos que conviene precisar como aspectos de temporalidad, materialidad y espacialidad, que conviene saber valorar en la relación entre la imagen de referencia y el espacio de nuestro proyecto. Y especialmen- te porque el uso de la luz difiere completamente en una pintura, una escultura, una instalación artística y en el es- pacio arquitectónico. Aun así todavía sigue siendo válido el dicho de que “una imagen vale más que mil palabras”... Lighting as a discipline is so recent that is has not consolidated its own language yet. A language rich and pre- cise enough that could define and express the intentions of a lighting projects as well as the sensations and emotions that we want to convey with our work and that we feel at the end, as observers. Without a doubt, the use of references and examples to convey those meanings is the most valid and used tool. It helps us, through the use of one or various “precise” images, define the proposed concept. It’s not without its risks which we should pin down, such as aspects of temporality, materiality and specialty, things we must assess in the link between image of reference and the space of our project; particularly because the use of light differs completely in a painting, a sculpture, an artistic installation and an architectural space. Even so, the saying “an image is worth a thousand words” continues to be valid. La arquitectura, la escultu- ra y la pintura dependen específicamente del espacio y están ligadas a la nece- sidad de gestionarlo, cada una mediante sus propias herramientas. Lo que aquí se dirá es, esencialmente, que la clave de la emoción estética es una función espacial. Le Corbusier. L’espace indicible.1 Le Corbusier se refiere al espacio inefa- ble como la cúspide de la emoción plástica 2. Esta cualidad del espacio, difícilmente conceptualizable y transmisible, es lo que nos atrae del fenómeno que es la Iglesia de Santa María del Mar.Lo que motiva la redacción de este escrito es el deseo de aprehender algo de ella. Posiblemente no sean conceptos nuevos, pero nos confor- mamos con proponer formas de mirarla. Una primera intuición de cómo aproxi- marse a este espacio es viéndolo a través del problema de la iluminación. Esto se explica sencillamente con un aforismo: sin luz, no hay espacio. Sin embargo, consi- derar la experiencia del espacio arquitec- tónico desde sólo uno de los aspectos que lo constituye es una empresa intelectual tan enciclopédica como erudita. El análisis no puede ser llevado a cabo sin contem- plar, en suspensión y simultaneidad, la totalidad de los aspectos que determinan la arquitectura. No creemos que sea fácil o posible invocar a la luz sin destacar también la materia, el espacio, el tiempo, el peso o la gravedad. Por esta razón, optamos por la analogía como método de aprehensión. En vez de esforzarse por diseccionar un fenómeno en conceptos que no tienen la misma elocuencia abstraídos que en concreto, preferimos establecer relaciones entre fenómenos semejantes. Dicho de otro modo, preferimos tomar fenómenos don- de la luz sostenga un lugar similar en el modo en que capturamos el sentimiento de la obra. Coincidiendo con la aprecia- ción de Le Corbusier sobre la vinculación que hay entre la escultura, la pintura y la arquitectura –por medio del pensamiento y el trabajo con el espacio–, conside- ramos que un cruce entre el fenómeno espacial de la Iglesia y distintas obras de arte puede encaminarnos como mínimo a distintas formas de mirar esa cualidad inefable de la experiencia espacial. El comentario se organiza en tres episodios, cada uno correspondiendo a un artista y algunas de sus obras. Cada uno es autónomo y en conjunto no pretenden concluir en nada mayor que en sí mis- mos. Los artistas son Eduardo Chillida, Rembrandt y Edward Hopper. Eduardo Chillida: La luz en el protagonismo del límite El diálogo limpio y neto que se produce entre la materia y el espacio, la maravilla de ese diálogo en el límite, creo que, en una parte importante, se debe a que el espacio, o es una materia muy rápida, o bien la materia es un espacio muy lento. [...] ¿No es el límite el verdadero prota- gonista del espacio, como el presente, otro límite, es el protagonista del tiempo? Eduardo Chillida. 3 ¿Qué entiende Chillida por un diálogo? Como un primer acercamiento, podemos decir que al contemplar los gravados, re- cortes o esculturas de Chillida, notamos que la integridad de cada obra resulta del efecto cohesivo que tiene el límite que define cada parte. El límite consigue este protagonismo por distintos recursos. Lo logra tanto por la figura particular que define cada parte, como por la luz. Veamos cada una de ellas. Para ejem- plificar esto tomaremos las obras Aldi- taku II y Estudio para Peine del Viento. Las figuras que trabaja Chillida muchas veces se asemejan a dedos que aprietan aire, o manos que se aprietan entre sí 4. Esta búsqueda de figuras que poseen un aparente deseo de querer agarrarse, encajar y apretarse, ya condicionan una calidad de tensión que cohesiona a la obra. Lo verificamos en la dificultad que lleva distinguir fondo de figura. En casos, incluso es complicado diferenciar la obra de la superficie que le sirve de soporte. En el caso de sus grabados, la luz in- terviene en el contraste que genera en el papel a partir del uso de la tinta. En sus collages, la luz se aprecia en el relieve que genera a partir de las capas de papel que superpone y recorta. En el caso de su escultura es diferente que en los dos artes anteriores. La luz