cuando le encargan un proyecto? Por un lado, diría que estoy absoluta- mente negado a la especialización. Los arquitectos, sobre todo los norteame- ricanos, me preguntan “Tú qué haces, hospitales, hoteles, vivienda familiar..? y nunca sé qué contestarles así que les digo “Estoy especializado en proyectos difíciles”. Por ejemplo, el Palau de la Música Catalana, el metro de Nápoles, montar una exposición de Salvador Dalí o demás proyectos que he estado reali- zando estos últimos años están unidos porque son proyectos muy delicados, que hay que tratar con mucho cuidado, son muy poco repetitivos, sin muchos estándares, en definitiva, se trata de proyectos muy particulares. Sobre todo, me preocupo de que la arquitectura fu- sione espacio y luz. Por eso me atreví a hacer una defensa encarnizada de la Sa- grada Familia en un artículo que apareció en El País y en publicaciones internacio- nales, donde explico que, lo importante en la arquitectura -el espacio y la luz-, en la Sagrada Familia son geniales. Aunque los seguidores de Gaudí se hayan equi- vocado en muchos detalles internos, lo más importante es fantástico. Por tanto, intento que mi arquitectura consiga crear estos dos aspectos: un espacio y una luz memorables. ¿Cuál es la forma óptima de ilumi- nar una obra arquitectónica? Con talento... (risas). La mejor ilumi- nación en una obra arquitectónica es la que ofrece un alto grado de confort y respeta y evidencia el espacio arqui- tectónico. Desde hace unos años hay un debate muy interesante sobre cómo iluminar el interior de la Sagrada Familia. Evidentemente Gaudí pudo dar pocas referencias, ya que la manera de iluminar, sobre todo nivel tecnológico, ha evolucio- nado terriblemente hasta día de hoy. Con luz natural es genial cómo está iluminada pero el desafío está en cómo iluminarla de la mejor manera con luz artificial. Por ejemplo, Arnaud decía: “Iluminar siempre las paredes, nunca el suelo”. En sus pinturas, ¿qué es la luz? Muchísimo. Yo soy más un iluminista que un colorista.... Quizás por esto soy tan buen dibujante. La luz es protago- nista en mis pinturas, tanto si es natural como si es artificial. De igual modo lo son las sombras. La cultura árabe en España valoró la sombra, nos enseñó a dominar al sol, a domesticarlo, a con- trolarlo. Al menos, en nuestra latitud, es básico saber crear sombras, cosa que la arquitectura contemporánea sabe hacer poco y es una de sus funciones poéticas. Ha diseñado piezas de mobiliario y también luminarias. ¿Qué es lo más importante a la hora de crear una luminaria? Sobre todo pensar en la luz, que no deslumbren, que no moleste. Tengo un muy buen ejemplo para ilustrarlo: una luminaria que diseñé para iluminar una biblioteca. Cuando tú pones una lumi- naria sobre un estante de la librería, la iluminación que proyecta no te permite ver los lomos de los libros. En cambio, se me ocurrió que la luz podía volar de estantería, concretamente, de un libro y, a partir de una aleación de metal arqueada, proyectar luz directamente sobre los títulos bibliográficos. La lumi- naria en sí es muy sencilla pero el efecto es lo que me importa: cómo iluminar una biblioteca desde la propia biblioteca. Luego Ingo Maurer, un buen amigo cuya obra me encanta, me copió la idea con una muy parecida a la cual llamó “Os- kar”. Después de que lo hiciera, pensé en crear una luminaria inspirada en su trabajo y ponerle de nombre Ingo, en vez de ponerle un pleito judicial (risas). En definitiva, una luminaria tiene que ser bonita encendida y apagada, excep- to cuando apagada, desaparece. El di- seño de la pantalla tiene mucho sentido, aunque esta premisa actualmente no está de moda. Se ha encargado del proyecto de las estaciones de metro con dos salidas a la calle Toledo y a la plaza Monte Calvario en Nápoles. ¿Cómo debe ser la iluminación en una insta- lación pública cuando se trata de espacios totalmente oscuros en su naturaleza? Es una que tiene dos salidas muy sepa- radas entre sí, a doscientos metros de distancia. Monte Calvari es una plaza que está en medio del Quartieri Spag- noli que son los barrios más peligrosos del centro de Nápoles y políticamente se consideró interesante hacer dos salidas muy distantes entre ellas. Louis PROTAGONISTA|47 Khan, que fue el último arquitecto que dijo cosas significativas, decía que un espacio sin luz natural no es un espacio arquitectónico. Esto me parece muy ra- dical ya que querría decir que casi todos los teatros de ópera o los cines no son espacios arquitectónicos. Pero es una frase que me da mucho que pensar. Evi- dentemente, cuando alguien hace una estación de metro, puede contar muy poco con la luz natural. Aunque hice un esfuerzo enorme al proyectar un cráter de 40 metros de altura para que entrase algo de luz natural desde la calle hasta prácticamente el nivel de las vías. Pero, evidentemente, ésta es una luz poética y no funcional. La estación de Toledo me inquietó mucho a la hora de iluminar. Al final, prácticamente todo lo que se ha instalado son luces indirectas, reflejadas en techo y paredes, siempre con el ob- jetivo de no deslumbrar. La manera más económica de iluminar unas escaleras mecánicas es colgar unos fluorescentes encima de los escalones pero a mí me interesaba ver el techo porque el de esta estación tiene un interés tremendo. Así que hicimos toda una investigación para iluminar las escaleras por las ba- laustradas traslúcidas laterales de cada escalera. Esto fue una batalla con los técnicos porque no habían hecho nunca algo así, decían que no habría suficiente luz y creían que no cumpliríamos con los luxes que marcaba el lugar. Pero ahora, cuando ves el efecto, es indiscutible que éste es uno de los atractivos del espacio, se puede ver en las fotografías. En este caso, para la luz artificial, me ayudaron mucho los profesionales de Salazar y Navarro, con los que trabajé en este proyecto. Faltaron aspectos por conseguir, porque en el lugar tenían sus propios técnicos, con sus hábitos y costumbres adquiridas, pero ganamos bastantes batallas. De hecho creo que un atractivo enorme de la estación, que no deja de ganar premios, es la iluminación, aunque tiene otros valores también. Por ejemplo, ha conseguido el premio a la Mejor obra subterránea del mundo. Cuando te encuentras con limitaciones, como no poder poner fuen- tes de luz muy especiales o tener que controlar la polución de las estaciones, tienes delante un proyecto complicado. En esta estación, hubo muchos factores que determinaban las acciones pero