El Año Internacional de la Luz dio su pistoletazo de salida en una presentación oficial que se llevó a cabo en la sede de la UNESCO, en París, los días 19 y 20 de enero de 2015. Durante ese comienzo, los asistentes pudieron contemplar una bella instalación lumínica proyectada por el diseñador de iluminación finlandés Kari Kola que cubría la fachada principal de la citada sede de las Naciones Unidas. La luz recreaba la imagen de la aurora boreal para aludir, de forma simbólica, al proceso de bioluminiscencia que se da de forma natural en múltiples situaciones de la vida, por ejemplo con la luz que emanan las luciérnagas. Y es que el estudio de la luz ha estado presente en todas las disciplinas y en todos los ámbitos desde el principio de los tiempos, incluso en épocas ancestrales, cuando se hicieron los primeros intentos por conocer las características del cielo y las estrellas. Por ello, el Año Internacional de la Luz (AIL) ha pretendido desde el principio convertirse en una plataforma de conocimiento que aunara todos los campos de estudio, a modo transdisciplinar. La luz, desde disciplinas académicas y profesionales No hay duda de que en pleno siglo XXI las tecnologías y la investigación juegan un papel importante en todos los sectores y el de la luz y la iluminación no podía ser menos. Es por esta razón que muchas de las actividades programadas durante 2015 han hablado de conceptos como fotónica, óptica, lentes, LED, fotoquímica, fluorescencia o sincrotrón para acercar al público aspectos que cada día están más presentes a su alrededor. Y como uno de los objetivos de la ONU al declarar el AIL era potenciar el estudio de la luz en el mundo académico muchas de las actividades se han realizado en este ámbito. De este modo, ciencia, tecnología, física, ingeniería y arte se han dado la mano para ofrecer a APUNTES|9